En el poco tiempo que Scarlett estaba con su mamá Julia se había dado cuenta de que dejarla libre, no era una de las mejores decisiones que había tomado en el momento.

—Hija, ¿Acaso no puedes hacer nada?—le volvió a decir esa mujer cuando estaban sentadas juntas, intentando comer un poco de comida, pero, no estaba nada feliz.

—Lo siento, hice lo mejor que pude esta vez.

—No entiendo como eres tan inútil. De verdad, saliste igual que tu papá porque no puedes entender algo tan simple—cada palabra que soltó Julia hicieron molestar un poco a Scarlett, sin embargo, tampoco se iba a poder ir de ahí porque se iba a quedar en la calle donde iba a tener un destino peor.

Siguió ignorando a esa mujer hasta que ella misma se levantó de la mesa para ir directo a su cuarto.

—Si llegas tarde hoy, ni te creas que te voy a dejar la puerta abierta.

—Como sea, igual lo vas a hacer—menciono Scarlett en voz baja, apenas cerro su habitación.

Debajo de su colchón, había encontrado lo que estaba busca