Dos días habían pasado y no había podido ver a Mateo, Ignacio decía que sí había venido pero nunca dormía en la misma cama que yo y no había hablado con el desde aquel día.

Quería contarle lo demás, quería hablar con él sobre Leandro sobre león.

Me molestaba demasiado la actitud que había tomado

¿Acaso no le emocionaba pensar que en otra vida también estuvimos juntos y fuimos felices?

No estaba entendiendo nada.

Salí con cuidado de mi habitación para dirigirme directamente hacia el comedor ahí se encontraba mi hermano con una sonrisa en el rostro menta comió fruta.

Habíamos aumentado la seguridad y había decidido que liam tenía que quedarse allí conmigo, no quería estar sola.

— Buenos días hermana— Le sonreí a Liam y me senté justo frente a él.

Mi desayuno no tardó en aparecer frente a mí, ambos comimos en completo silencio pero nos mirábamos de vez en cuando solo para molestarnos uno al otro, solíamos hacerlo desde siempre que yo recuerde el molestarnos en silencio.

Algo de melliz