Espero a que estemos solos en la cabaña. Las emociones de Grace han estado por todas partes desde que llegamos. Sé que parte es preocupación por ver a su padre, pero había algo más que sentía y no entendía.

“Bebé, ¿qué está pasando? Tus emociones han estado por todas partes desde que llegamos. No todo tiene que ver con tu padre. Se siente como algo más”.

Se acerca a mí, se apoya en mi pecho y mis brazos la rodean de inmediato. La levanto y me siento en el borde de la cama, poniéndola en mi regazo. “Háblame”.

Tiene la cabeza metida bajo mi barbilla para que no pueda verle la cara. Cuando la oigo moquear, me inclino hacia atrás, le pongo el dedo bajo la barbilla y le levanto la cara. “¿Bebé?”.

“Sí”, dice como respondiendo a mi pregunta, con la voz temblorosa mientras las lágrimas empiezan a caer. Bueno, decir “sí” a que le pregunte qué pasa no responde a mi pregunta.

“No sé si lo entiendo”.

Vuelve a reclinar la cabeza contra mí, con la mano frotándose las lágrimas de los ojos. Le