Capítulo 868
Odell luego entró.

Sylvia estaba de espaldas a él. Cuando sintió que se acercaba a ella, le preguntó:

—¿Puedes ayudarme con la cremallera?

El hombre se quedó en silencio por un momento y levantó la mano para tirar de la cremallera de su espalda. Las cálidas yemas de sus dedos rozaron su piel, y los nervios de Sylvia se estremecieron sin explicación, haciendo que su espalda se entumeciera.

Antes de que pudiera volver a sus sentidos, sonó un fuerte desgarro.

Su pecho instantáneamente se sintió apretado, y casi no podía recuperar el aliento. Ella giró la cabeza y lo miró fijamente.

—¿Quién te dijo que lo levantaras?

El hombre levantó las cejas ligeramente, sus ojos profundos mirando su pecho abultado.

—¿No querías que te subiera la cremallera? —preguntó en su lugar, su voz baja y magnética.

Sylvia instantáneamente notó que algo andaba mal y lo miró sonrojada.

—Deja de mirar. Date prisa y desabrocha mi cremallera. Este vestido es demasiado ajustado. Tengo que cambiar
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