Capítulo 584
Unos días después.

Una mañana temprano, el sol radiante se extendió por toda la tierra.

La nieve que cubría el suelo se derretía a medida que la temperatura subía.

Sylvia aún seguía dormida, pero Isabel la despertó.

Sus manos tiraban de Sylvia mientras gritaba: "Mami, levántate. Hoy vamos a jugar afuera con el Malito".

Sylvia abrió los ojos.

No solo vio a Isabel, sino que también a Odell y Liam parados junto a la puerta.

El padre e hijo la miraban con la misma expresión.

Sylvia se puso alerta al instante y se incorporó.

Inconscientemente, quiso decirles que ya tenía planes y que podían ir a jugar solos. Sin embargo, por alguna razón, las palabras se le atascaron en la garganta.

Como si pudiera adivinar que iba a decir que tenía otra cosa que hacer, Isabel se cruzó rápidamente de brazos mientras hacía un puchero y le dijo a Sylvia: "¡Mami, me voy a enfadar si no juegas con nosotros hoy!".

Sylvia frunció los labios.

Junto a la puerta, Odell y Liam seguían mirándola.

No tuvo
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