Capítulo 1939
Caprice se sorprendió cuando él retiró las manos, permitiéndole liberarse.

Con un giro elegante, se sentó en la exuberante hierba, lo que provocó que Caprice hiciera lo mismo y se uniera a él en la verde extensión.

Mientras se preparaba para preguntar sobre su repentino cambio, su mirada vio una ligera abrasión adornando su cuello, una sutil consecuencia de sus travesuras juguetonas. Un rubor carmesí coloreó sus mejillas mientras instintivamente intentaba ocultar la marca.

El ceño de Liam se frunció, un destello de deseo bailando en su mirada cuando comenzó.

—Caprice, yo...— Sus palabras vacilaron, arrestadas por la inocencia reflejada en su mirada, dejándolo momentáneamente sin palabras.

Para Caprice, presenciar el inusual silencio de Liam fue una novedad, lo que la impulsó a acercarse y ofrecer un gesto tranquilizador.

—Está bien—, afirmó, con la voz serena al comprender que los intercambios afectuosos eran un aspecto natural de su relación.

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