Capítulo 1911
Liam estaba en la amplia y bien iluminada sala de estar. Llevaba un pijama gris a juego como el de Caprice y estaba recostado en el sofá. Sobre la mesa había libros y un juego de té, pero él no leía ni tomaba té. Se sentó en silencio con los brazos cruzados frente a él.

Hay que esperar una recompensa.

Pronto apareció Caprice. Se volvió hacia ella y la acercó más.

—Ven aquí.

Caprice se acercó a él. Señaló el sofá junto a él.

—Siéntate conmigo. Liam lo notó y lo saludó con la mano. Su voz era tranquila, pero había un trasfondo de autoridad que no debía desobedecerse.

Caprice se acercó silenciosamente y se sentó a su lado, con las mejillas sonrojadas.

Él se volvió hacia ella.

—¿Cómo te sientes? ¿Aún te sientes mal?

Ella sacudió la cabeza y murmuró:

—No.

Liam pareció aliviado de escuchar eso. Luego la agarró suavemente por la barbilla y la giró para mirarlo.

Él la miró a los ojos y le preguntó:

—Antes de que dejaras el auto, mencionaste que había otra razón po
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