El brillo radiante de los aretes de diamantes en forma de girasol llamó la atención de Caprice desde el otro lado de la lujosa exhibición. Cada pétalo intrincadamente elaborado parecía brillar bajo el suave resplandor de las luces de la galería, lanzando un hechizo de fascinación sobre ella. —Caprice, ¿qué piensas de esos? —La voz de Trey, teñida de genuina curiosidad, interrumpió su ensoñación mientras él se acercaba sigilosamente a su lado, sus ojos seguían su mirada hasta los brillantes aretes. La asistente, vivaz de elegancia y profesionalidad, se adelantó con una cálida sonrisa, deseosa de ensalzar las virtudes de los deslumbrantes pendientes. —Señora, estos aretes son la obra maestra de nuestro estimado diseñador jefe, el amo Sese. Son verdaderamente únicos, la pieza maestra de la exposición de esta noche. Los ojos de Caprice revolotearon hacia la discreta etiqueta de precio ubicada debajo de los aretes, revelando una figura asombrosa que expresaba un lujo sin medida.
Mientras Heather y sus amigos rodeaban a Caprice, intentando humillarla, una voz fría resonó detrás de ellos. —Empaquételo. Heather, junto con sus compañeros, se giró para contemplar a Liam, adornado con un traje resplandeciente que acentuaba su silueta bajo los reflectores. Su mirada penetrante exudaba una intensidad cautivadora. Caprice, desconcertado, observó la escena que se desarrollaba. Los ojos de Heather parpadearon, lo que la llevó a hacerse a un lado apresuradamente. Sus amigos imitaron sus acciones, creando un camino para Liam. Aunque anhelaban mirarlo, ninguno se atrevió a mirarlo a los ojos. Acercándose a la vitrina, un miembro del personal preguntó: —Amo Carter, ¿se refiere a los aretes de girasol? Liam, con la atención fija en Caprice, gruñó una afirmación. Sacando una tarjeta negra de su bolsillo, se la entregó al personal. Perpleja, Caprice frunció el ceño. ¿Por qué Liam compraría los aretes de girasol? ¿Podría ser un regalo para Heather?
Caprice intercambió miradas con Heather y un aire de tensión flotó entre ellos. Cuando sus ojos se encontraron, la reacción de Heather se parecía a la de encontrarse con un archienemigo. Le lanzó una mirada fulminante a Caprice antes de alejarse con sus amigos, aparentemente persiguiendo a Liam. Caprice, con el ceño fruncido, seguía desconcertado por los acontecimientos que se desarrollaban. ¿Había habido una discusión entre Liam y Heather? Si es así, ¿cómo estuvo implicada y por qué Liam decidió comprarle aretes? Al examinar el bolso que colgaba de su muñeca, Caprice descubrió un joyero que contenía un par de aretes de girasol. A pesar de su confusión inicial, ella se encogió de hombros con indiferencia. Discusión o no, parecía que ella salió victoriosa. Trey se acercó a ella y le preguntó: —Caprice, ¿realmente están saliendo? —Caprice contempló la pregunta, reflexionando sobre la dinámica entre Liam y Heather. ¿No eran pareja? Si es así, ¿por qué Heather causaba pro
La mano de Liam que sostenía la copa de vino se quedó congelada en el aire, suspendida en una momentánea vacilación. Luego de un breve silencio, Caprice respondió con una dulce y agradable sonrisa. El evidente deleite de la niña por los aretes de girasol regalados sugirió un aprecio por el gesto, lo que llevó a Liam a preguntarse por qué había rechazado su propuesta de compromiso, un pensamiento que lo desanimó. ... Después de colocar los aretes de girasol, Caprice sacó un espejo de bolsillo de su bolso para admirar el hermoso adorno. El intrincado diseño le atraía y no podía negar que le gustaba, especialmente cuando el regalo procedía de Liam. Sonriendo satisfecha ante su reflejo, miró a su alrededor con cautela, asegurándose de que nadie la observara. Sigilosamente, cambió sus propios aretes por unos de girasol, guardando los primeros en su bolso antes de regresar al pasillo. Inexplicablemente, después del encuentro con Liam, el entusiasmo de Trey decayó y el deseo
Fue Heather quien inició el empujón y, a pesar de la habitual aversión de Caprice a los problemas, no podía simplemente ignorar un intento de hacerle daño. Rápidamente se formó una multitud alrededor de las fuentes, ansiosa por presenciar el drama que se desarrollaba. Decidiendo alejarse de la reunión, Caprice se giró sólo para ver a Liam en su camino. Liam estaba de pie ante la multitud, con la mirada fija en ella. El foco cegó a Caprice, impidiéndole discernir su expresión o determinar si estaba concentrado en ella o en Heather. La situación la dejó sintiéndose miserable y prefiriendo no ser vista por él. En un intento de evadir la vergüenza, cesó en sus esfuerzos por salir nadando de la fuente, contemplando una discreta retirada en otra dirección. Antes de que su cabeza pudiera sumergirse bajo el agua, la voz de Liam atravesó la escena, indicándole que nadara hacia arriba. Desconcertada, Caprice respondió con una bocanada de aire para mantenerse a flote. Hea
Caprice se encontró en un estado de desconcertante incredulidad cuando Liam, con su habitual comportamiento frío y sereno, la levantó y la cargó a través del puente, sacándolos del salón de eventos. Pasaron junto a Heather, que estaba sentada en el suelo, exhausta y chorreando agua, un espectáculo lamentable. A pesar de la intensidad de la mirada resentida de Heather, Liam mostró un completo desprecio por su presencia, como si fuera una entidad invisible. Este descarado despido dejó a Caprice en un estado de shock total, luchando por procesar el giro inesperado de los acontecimientos. En medio de su confusión, un impacto repentino en su cabeza devolvió a Caprice al momento presente. Para su sorpresa, se dio cuenta de que Liam la había guiado hasta su auto y ahora estaba a su lado con una mirada enigmática y profunda. Instintivamente, Caprice intentó distanciarse, pero el firme agarre de Liam rodeó su cintura, impidiendo cualquier movimiento posterior. Curioso por su dest
Liam mostró claros signos de angustia y agitación, evidentes en su comportamiento y expresiones faciales. En respuesta, Caprice, eligiendo un enfoque directo, expresó su preocupación: —¿No es ella tu novia? Al presenciar el cambio en la expresión de Liam, Caprice se sorprendió, lo que la llevó a avanzar torpemente hacia la puerta. En un movimiento rápido, la gran mano de Liam envolvió su pequeña muñeca, impidiendo que retrocediera y acercándola a él. Con su proximidad intensificada, Caprice registró la voz profunda de Liam y preguntó: —¿Quién te dijo que ella es mi novia? Su sorpresa y confusión fueron evidentes cuando lo miró a los ojos, buscando una aclaración. En un tono lleno de tensión, Liam afirmó: —Por supuesto que no. Los ojos de Caprice se abrieron mientras luchaba con la revelación. —Pero... Pero dicen que ella es tu novia. Liam presionó para obtener más detalles, exigiendo saber quiénes eran ellos. Fue entonces cuando Caprice se dio cuenta de que, si
Liam mantuvo una expresión estoica, los labios fruncidos y una pizca de frialdad en los ojos. Después de una breve pausa, miró fijamente a Caprice, su semblante rubio y húmedo retrataba la vulnerabilidad como una damisela en apuros. —¿Entonces crees que Heather y yo estamos saliendo? —Preguntó Liam, su tono revelaba un toque de curiosidad. Caprice respondió con un tarareo pensativo. —¿Es por eso que rechazaste nuestro compromiso? —presionó más, buscando una aclaración. —Mhmm—, reflexionó Caprice, sacudiendo ligeramente la cabeza. —No exactamente. Liam, todavía con su exterior frío, investigó la otra razón detrás de su negativa. Caprice, sonrojada y visiblemente inquieta, luchó por expresar sus pensamientos, desviando la mirada. —Es porque tú... tú no... comenzó Caprice pero vaciló, incapaz de articular sus sentimientos en persona. Liam, al observar su cambio de la compostura al malestar, presionó para que le aclarara. —¿No sé lo qué? Su conversación se detuvo