De repente, Sylvia se sintió incómoda.

Llamó a la tía Tonya y al teléfono fijo de casa, pero el móvil de la tía Tonya seguía apagado y nadie contestaba al teléfono de casa.

¿Será que todavía no habían salvado a la tía Tonya?

...

En ese momento, en un aparcamiento a las afueras del hospital, Cliff volvió al vehículo después de hacer unas cuantas llamadas.

Miró al hombre que estaba sentado solo en la parte de atrás y dijo en voz baja: "Amo Carter, acabo de preguntarle a mi amigo en el hospital. Ha dicho que, aparte de una ligera fractura en ambas piernas y unos cuantos moratones en el cuerpo de la señorita Ross, no hay ningún otro problema".

Después de escuchar esto, Odell dijo con una expresión insensible: "No hay necesidad de informarme de su estado".

‘Si ese es el caso, ¿por qué sigue al frente del hospital?’. Cliff frunció los labios con exasperación y respondió: "Entendido. No lo volveré a hacer".

Luego, tras pensar en algo, continuó: "Hay una cosa más. La gente que enviamos