– Déjeme darle el en hora buena abogado – sonreí serena sin darle a mi voz mayor expresión que la neutra – es el único argumento decente que ha presentado hasta ahora – afirme – Lastima que sea un diagnostico sin validez desde hace unos ocho o nueve años, le explicare – apoye mis manos sobre la mesa frente a mi cruzando mis dedos, había hecho esto incontables veces que podía recitarlo casi de memoria – Tenia 16 años, mi hermano acababa de morir en un accidente de tránsito del que yo logre salir ilesa gracia a él, fue un golpe demasiado fuerte como para recuperarme tan fácilmente, pero lo hice gracias a mi hijo y jamás volví a mirar atrás. Aquel diagnostico dejo de ser válido hace más de ocho años y si no me cree tengo muchos otros registros y diagnósticos médicos que lo comprueban. – Algo más abogado – lo miro la jueza bajando la vista hasta él – No más preguntas su señoría. – murmuro regresando a su lugar, desde donde Guillermo me miraba con los ojos encendidos en odio y rabia, tan
– Recuerda lo que prometimos – Chloe tomo mi rostro entre sus manos obligándome a mirarla a los ojos – Por supuesto que si amor – la acerque a mí para besarla, seguía sin entender cómo es que Chloe había terminado como testigo o como había hecho para salir sin que los guardias dispuestos para cuidarla lo notaran, pero no me quejaba, estaba feliz con ella a mi lado. Para mi pesar Chloe se alejó de mi con una sonrisa, y antes de que dijese nada mis ojos conectaron con sus amigos que ahora que se acercaban con rapidez al abogado que llevo el caso de nuestra parte.– Oye Chloe, esa que le acaba de saltar encima al abogado no es una de tus amigas – señale con mi nariz hacia ellos, y Chloe al voltear sonrió para tomar mi mano y arrastrarme con ella hasta donde ellos estaban. – Ven, los presentare – Aunque me costaba trabajo distinguir a las amigas de Chloe, había encontrado el truco desde la última vez que las vi en el hospital. Ambas amigas habían ido donde estaba el abogado seguramente
– Bueno, eso sí que suena a Chloe– Recién cuando me pidió matrimonio fue que empezamos a tener citas más allá de las exhaustivas horas en su oficina – me congelé en ese momento pensando por un segundo que eso sonaba como algo más de lo que sabía Chloe había querido decir, y claramente no era el único que lo pensó así cuando vi la mirada que se la pelirroja le lanzo a su otra amiga. – No es lo que estás pensando – grito de pronto Chloe notándolo – Me refería a las horas que pasábamos trabajando en la oficina en general – intento defenderse mi inocente chica, pero definitivamente había arrojando una imagen mental a mi cabeza que sería difícil de olvidar pensé riendo mientras tomaba otro sorbo de mi cerveza.– Tu lo dijiste – alzo las manos su amiga declarándose inocente.– Solo quiero dejar en claro que fue Chloe quien quería mantener todo lo de nuestra relación en secreto. – Eras mi jefe y todavía lo eres, algo como lo nuestro solo hubiese generado rumores y habría terminado entorpe
– Sabes que debiésemos hacer... – habló Ethan en medio de la noche mientras caminábamos por la calle tomados de la mano (su casa no estaba tan lejos del bar y puesto que ambos habíamos tomado lo mejor era caminar) – deberíamos huir juntos – haló de mi mano pegándome a su lado – ¿Qué dices? Tú, yo, y el mar.– Suena tentador – me reí en su cara mientras intentaba besarme – Pero no podemos huir Ethan, somos adultos con responsabilidades.– Cariño, no hay nada que no podamos hacer mientras estemos juntos – aseguró sin detener su caminar y no pude evitar observarlo por un par de segundos mientras proseguíamos con nuestro andar, era interesante la seguridad con la que hablaba, incluso cuando no estábamos en la oficina en su papel de jefe, Ethan siempre parecía estar seguro de cada una de sus p
Ethan se rio por lo bajo ante la ingeniosa respuesta de Dylan– Tus padres estarán planeando quedarse aquí – bromeo a costa mía y de mis nervios– De ningún modo – respondió mamá, entrando con una fuente de comida, seguida de mi padre que traía la ensalada y una jarra de jugo, habían preparado lasaña, cielos era mi comida favorita – Jamás entendí por qué Rebeca no se había buscado un mejor lugar para vivir, con sus ahorros no habría sido problema comprar un departamento más elegante y mejor ubicado que este.– Mamá – reclame, pero sin lograr interrumpir su monologo.– Pero, supongo que ya no tiene sentido si cuando te cases te irás a vivir con Ethan y podrás deshacerte de este lugar – se encogió de hombros sirviendo los platos – mientras tanto lo he arre
– Señor Gales, la señorita Miller llego a la empresa hace unos minutos – anunció mi nueva secretaria, parándose nerviosa frente a mí al verme.– ¿Esta en mi oficina? – fruncí el ceño– No señor, fue directo a su oficina –Apresurando el paso me encaminé hacia la oficina de Chloe, pero me detuve en seco antes de olvidar por completo los asuntos que tenía en mente – Carolina, necesito los archivos para la próxima reunión, y de operaciones te enviaran un nuevo archivo que debes incluir – ordené, a lo que la mujer se limitó a asentir apresuradamente deteniéndome por más tiempo con sus innecesarias preguntas.– Señor ¿Es la reunión que tiene a las doce? ¿Verdad? – cerré los ojos por un momento intentando respirar profundamente antes de de
El manual de la empresa era una verdadera reliquia gigantesca que tan pocas veces usábamos, pero que convenientemente conocía muy bien, había una cláusula que me protegía de las acusaciones de Chloe"En caso de un accidente grave en horario laboral, la empresa se guardará el derecho de suspender de sus funciones al empleado por uno o más días, según sea necesario a modo de lograr la integra recuperación de este, generando una extensión a su licencia de ser necesario"– De nada sirve un trabajador que haga las cosas a medias, por eso la empresa evaluó que era mucho más eficiente que se tomara su tiempo para un completa recuperación y luego volviese a trabajar como siempre.– Siendo así, tú también deberías ser dado de baja, la herida que tienes sigue recuperándose y lo sabes.– Soy el jefe
No tenía caso seguir en la oficina, lo mejor que podía hacer era despejar mi mente y que mejor que algo de ejercicio para lograrlo. – Creo que has perdido la practica – se burló mi amigo al verme golpear mediocremente la bolsa de boxeo. – No sabía que entrenabas hoy – me detuve para recibir la botella de agua que me lanzo. – Entreno a diario Ethan – se lució endureciendo los músculos de sus brazos. – ¿Tu? – alce una ceja burlona, Javier jamás había sido esa clase de tipos – ¿Desde cuándo? – ¿Cómo va tu brazo? – me pregunto cambiando el tema, más serio – No creo que algún doctor te recomendara entrenar luego de recibir un disparo. – Tienes miedo de que golpee más fuerte que tu – Lo digo en serio – – Solo necesito despejarme un poco – respondí ante su seriedad, aunque tampoco creía que algún doctor estuviera de acuerdo con mi método. – Siendo así, que tal un round en el cuadrilátero. Subió a la plataforma sin esperar respuesta de mi parte, porque sabía que lo seguiría.