Sarah Bodremon
Las chicas aún están en shock. Pero algo en sus miradas me dice que la idea le parece estupenda.
Siempre he querido tener una tienda erótica. Ayudaría a muchos, lo sé. Ya tengo todo planeado, tengo un local en mente, lo de la inauguración y publicidad del negocio.
—Acepto —dice Nashla levantando las manos.
—Yo igual —dice Ruth tomando de su segundo trago.
—Muy bien chicas, les diré los detalles —hago una pausa y bebo de mi Margarita, ya que el vino me tenía cansada —La tienda estará en el centro comercial Bluesky, ahí hay muchas tiendas de ropa, restaurantes, bares, no hay áreas para niños y siempre está abarrotada de personas. Hablé con el dueño del edificio para alquilar el espacio que están rentando. He pedido algunas cosas. El lanzamiento será en una semana. No creo que me vaya a presentar y les pagaré para que guarden el secreto d
Sarah Bodremon Todos se mueven apresurados, ya que el abuelo del gran jefe, se ha aparecido de sorpresa y ha pedido una reunión casi con todo el personal, sin previo aviso. Camino por el pasillo tratando de que nadie me tumbe o me rompa los lentes.—Que caos —dice Abel pasándose a mi lado.—Lo mismo digo —digo apresurando el paso. Vamos al compás y tratando de no chocar con nadie. Aquí hay más de 100 empleados y una reunión a última hora es un caos total.—¿Qué harás el viernes? —pregunta abriéndome una puerta que siempre me ha resultado pesada.—Después de trabajar, creo que nada —digo dejando que otra persona pase por la puerta.—Te invito a mi cumpleaños, lleva a las chicas — extendiendo una tarjeta —Ese es mi número, el de abajo no está en funcionamiento.—Gracias —digo guardando la tarjeta sin darle un vistazo. En
Narrador Omnisciente Abel se acerca a las chicas y con él su "jefe" que a medida que se va acercando parece ser más joven de lo normal.—Hola chicas gracias por venir —dice Abel dándole un beso a cada una.—Muchas gracias —dicen Ruth y Nashla mientras Sarah está anonadada mirando al chico.—Entiendo tu cara de terror —dice Abel dándole una sonrisa —Él es Arturo mi mejor amigo, el hermano menor de nuestro adorable jefe —dice haciendo notar el sarcasmo.—Son dos malditas gotas de agua, solo que este más joven y al parecer amable —dice al ver que el chico le extiende la mano con una sonrisa en el rostro.—Si y más guapo —dice saludando a las demás.Todos rien y deciden ir por algo de tomar aunque Sarah aún sigue en asombro y no deja de preguntarse por qué se le aceleró el corazón de pensar que era su jefe. Toma una Margar
Sarah Bodremon La desesperación por llegar y arancarnos la ropa, se siente en el aire. Estaciona en la entrada de una torre bastante fina. Nos bajamos y me toma de la mano. Las enormes puertas de cristal se abren dándonos paso a una recepción bastante llamativa. Saluda a la chica de la recepción y me arrastra hasta el ascensor. Me pega contra el espejo y no besamos sin importar quien pueda entrar, ni siquiera me percaté si había cámara, pero es que la boca de este semejante hombre me tiene aturdida y más acalorada.A pesar de que el trago no se sintió fuerte, aún lo siento en mi organismo haciendo efecto, poniéndome más acalorada y cachonda. La sensacion de estar encima de él, montando lo como si mi vida dependiera de ello, va en ascenso como el ascensor. Las puertas de abren dejándonos en una enorme sala. No me detengo a inspeccionar el lugar, porque lo único que quiero es ser follada y azotada hasta más no poder.
Sarah Bodremon La primera embestida fue cargada de deseo y lujuria. Sus manos se aferran a mi cintura dándome a entender que se siente posesivo. Me aferro a las sábanas dejando que el placer se apodere de mi. Sus movimientos, sus jadeos, su cuerpo es muy excitante. La forma de mirarme mientras su erecto miembro entra y sale es lo mejor. Estoy empapada y como no estarlo con semejante hombre montándome como mejor sabe.Según yo, esto es solo por una noche, pero mi cerebro y mi sexo están claro de que no. Querré más y más hasta saciar estas ganas que empiezan aumentar en mi. No tengo nada que perder, soy soltera y él... él ni se. Joder. Pero no puedo pensar en eso cuando siento que estoy llegando al infierno. El calor moja las sábanas debajo de nosotros. Sus ojos tienen un color oscuro y dilatado. Sus gruñidos me erizan la piel. Si esto es venir al infierno... Dios que me perdone pero seguiré viniendo.
Davis Abro los ojos y extiendo mi mano para buscarla y no está. No puede ser que se haya ido así nomas. Alcanzo a ver su bolso y respiro hondo. Segundos después sale del baño envuelta en una toalla y mojada.—Tendrás que volverte a bañar, porque quiero hacerte sudar —digo levantándome. Quedándome frente a ella totalmente desnudo con mi miembro más despierto que yo.Ella no habla solo deja caer su toalla. Su piel tiene algunas que otros marcas y me lamo los labios mientras me acerco más a a ella.—Estoy a su merced —dice dándose una vuelta dándome la mejor vista de su tremendo culo.—Como me gusta —digo tomándola de la cintura y besándola despacio. La empujo a la cama y subo sobre ella, desprendiéndome de sus labios que ya empiezan a ponerse rojos.Empiezo un camino de besos mojados hasta sus redondos y llenos senos. Pareciera como si estuviera op
Sarah Bodremon LunesEstúpido e indeseable lunes.Tan buen, hermoso y ardiente fin de semana que tuve y ya llegó el lunes. No puedo decir que fue corto el fin de semana, pero quería más.Llego a la empresa y ajusto mis lentes antes de ocupar mi pequeña oficina, bueno ni tan pequeña.Ni jefa entra a la oficina con cara de pocos amigos, la ignoro y continúo ordenando todo. Lo que menos quiero es un regaño de parte suya, puede ser muy hija e' puta cuando se lo propone. Toma unas cuantas hojas en blanco y vuelve a salir.Reviso el correo de mi oficina y tengo un montón de cosas por hacer y lo único que quiero es estar en casa haciéndome una buena paja o encima de Davis jugando a la anaconda.—Hay nuevos cambios —dice Abel entrando por primera vez a mi oficina.—Buenos días, si tuve un buen fin de semana, tomé, fo
Sarah Bodremon —Solo falta un día para la inauguración de tu local —dice Ruth dándome una palmada en el trasero.—Nuestro —digo yendo a la cocina por una soda.Las chicas ordenaron la tienda como se los pedí, decoraron un poco y encargaron algunos brindis y un mesero para mañana. Más de 50 personas han confirmado su asistencia para el establecimiento. Quizás vaya como espectadora y ver como se maneja todo y cuales alcances tiene el nuevo negocio.—Ya tenemos al discurso listo, el sábado al junto contigo vamos a ver las solicitudes de trabajos. Creo que con dos chicas más, un chico, un gay y alguien para el aseo está más que bien, no sé qué piensas tú —dice chupando el dulce que tiene en la boca.—Me parece bien, Ya luego veremos si necesitaremos más personas —digo sentándome en el sofá.Ya ellas tienen en claro que no deben revelar mi identidad,
Sarah Bodremon Me giro para encontrarme con un par de ojos verdes claros y una sonrisa lobuna que me eriza la piel. Sonrío y miro su cabello húmedo que cae por los lados de su perfilado rostro.-Viene porque mis amigas trabajaran en la tienda pero... si quieres llevarte algo para que lo usemos más tarde, no tengo problemas -digo señalando todo a mi alrededor.-Interesante, ¿y qué te gustaría llevar? -pregunta lamiendo sus labios.-Tal vez algo dulce -digo mirando el syrop de chocolate que reposa en un estante frío.-Me llevo los dos -dice caminando hasta la caja. Mi amiga me guiña un ojo cuando le da la bolsa con los dos syrop de chocolate y fresa.Camina hasta mi y algunas que otras mujeres se lo comen con los ojos.-¿Algo más señorita? pregunta muy cerca de mi.-Creo que es suficiente -digo viendo como el local empieza