Issa limpió su casa, preparó la cena de su hermana e incluso le ayudó a bañarse. Nunca la había visto de esa manera, ella era la más fuerte de las tres y por un simple error que cometió en una borrachera, estaba teniendo una crisis.
— Come esto, por favor —dejó la comida en la mesita de noche —. Iré al baño por unas vendas nuevas.
— ¿Segura que no estás enojada conmigo por haberme acostado con un sujeto que no conozco o recuerdo su nombre? —se sentó apoyándose del respaldo de la cama—. Siento que he matado todo lo que teníamos.
— No hay nada de lo que me deba sentir avergonzada o con motivos de odio hacia ti —negó con la cabeza, entrando al baño —. Eres mi hermana, no hay ninguna razón.
— Ni siquiera sé como haré ahora con todo esto… soy tan despistada —sus labios temblaron —. Gané mi primer caso oficial, salgo con mis amigos a festejar y ahora estoy aquí con una marca y un lazo de alguien que ni siquiera recuerdo su nombre o su rostro —sus lab
Ryan golpeó una y otra vez la pared. El teléfono de Issa sonaba fuera de servicio y el de la casa por igual. Su hermana también lo estaba ignorando al cien por ciento y todo por culpa de su jefe. Ni porque tenía todo el dinero de Jannick dejó de ser un títere.— ¿Te has comunicado con ella?— No, cambió de teléfono —lanzó el aparato hacia el escritorio—. Algo no está bien, todos estamos aquí y ella allá. — Hoy vieron a tu chica salir de la universidad, pero se escapó —su amigo tomó asiento en uno de los muebles y puso sus pies sobre la mesita del centro—. Sabe que la estaban vigilando, pero subió a un auto según las cámaras de seguridad —sacó de su bolsillo unas fotos. ¿A qué auto se parece?— Maldito hijo de puta —gruñó—. Le dije que no podía meterse en mi vida y mucho menos con mi chica.— Ustedes en la familia tienen un pacto… no meterse con la mujer u hombre de alguien —el sujeto cruzó los brazos en su pecho—. Será mejor que termine
Pasaron meses en los cuales las cosas entre Issa y Jannick iban de lo mejor. Poco a poco fue saliendo de las sombras en las que había estado durante el tiempo que estuvo en una relación con Ryan. Este ni siquiera había dado señales de vida para contactarse con ella o eso le dijo Maya.No pudo estar tranquila del todo por más que quiso. Savannah secó su cabello corto con una toalla y salió del baño mirando su teléfono. Su jefe le mandó un mensaje diciéndole que tenía una nueva audiencia con el mismo sujeto que acababa de meter a la cárcel. Agradeció a los dioses que no era ese tal Zinov. Todavía no sabía o tenía conocimiento de quien era el sujeto que la marcó un mes antes, sólo que ambos estaban sufriendo. Entró a la web buscando alguna persona que supiera cómo quitar una marca de su cuerpo, pero parecía imposible y no iba a llamar a Booke mostrándose débil en busca de una cura.— Hola —Issa entró a su habitación vestida más hermosa, ¿Me ves
<< Se escondió en el armario de su habitación. Ryan había ido a buscarla a su casa y estaba furioso porque había estado hablando con un chico en la universidad. Era uno de sus compañeros, con los que mantenía conversaciones por costumbre y que sobre todo, estaba siendo amable con él.Su hermana salió ese día a terminar su tesis a casa de unos amigos, ella sería una gran abogada y podría ser la mejor de su generación de ser posible.— Sé que estás aquí, perra —cerró los ojos con fuerza al escuchar a Ryan entrando a su habitación—. Debes de cerrar la puerta más seguido, cariño —cambió su tono de voz con lo último—. Hablemos, ¿Sí? Podemos arreglar las cosas.Su respiración se detuvo cuando la puerta de su armario se abri
<< Estaba caminando por las calles de su país natal con una hermosa omega colgada de su brazo. No recordaba el día que era, sólo que estaba disfrutando al máximo la atención que estaba recibiendo por parte de todos.— Hey, ¿Cómo estás?— Hola Liam —saludó Jannick, soltando el brazo de la mujer—. Adelántate, iré en un momento con las bebidas.— De acuerdo —respondió la omega, dejando un beso en la mejilla del gamma— ¿En dónde es que consigues a esas prostitutas? —Nathan miró el trasero de la chica e hizo una mueca —. No me quiero ni imaginar qué harán ustedes dos ahora que están aquí…— Llegó por quien lloraban — Zinov se mostró más alegre que de costumbre &
Llegaron hacia un terreno vacío… estaba completamente vacío sin nadie ahí o señas de que estuviese con personas las horas pasadas.— Hemos llegado, puedes salir sin miedo, ¿De acuerdo?— ¿Por qué me has traído aquí? — murmuró, asustada —, ¿Qué es este lugar?— Sal y lo verás — la incitó —. Te dije que no iba a tocarte a menos que quieras — salió del auto —. Cuando salgas, mira el cielo y verás todo lo que te quiero mostrar.Salió del auto, desconfiada y miró el cielo asombrándose al ver como todo ahí era hermoso. En la ciudad no se po
Savannah le dedicó una mirada divertida a su hermana. Ella lo sabía, así que lo sabía. Dejó su maletín en la mesita del centro y prosiguió a caminar hasta donde estaba.— Ya lo sabía. No tienes que mostrarte asustada —tomó asiento a su lado—. Eres mi hermana menor y todo lo que haces ya lo sé.— Lo siento —jugó con sus manos—. Debes de sentirte mal porque también dejé que alguien más me mordiera.— No me siento mal en ningún sentido —agarró el mentón de su hermana con sus dedos—. Ya lo sabía. Siempre llegas en el auto de alguien nuevo. Ese sujeto que siempre está contigo es el mismo bombero que te salvó hace meses. No me mole
Era el momento justo para que todos estuvieran reunidos y despedir a los graduados. Jannick dejó a las hermanas. Fue directamente a la casa de sus padres para resolver el problema que lo estaba matando por dentro. El saber si en verdad fue maldecido o simplemente sufrió durante años.Llegó a la casa de sus padres, en donde verificó que la bruja estuviera ahí con su hija.— Es bueno verlas a las dos juntas —se quitó el saco y aflojó su corbata—. Tienes tres segundos para decirme que diablos fue lo que hicieron hace doscientos años.— Nosotras no hicimos nada. Estás especulando —la bruja caminó hacia la cocina—. Además, por lo visto ya estás curado porque tienes a tu alma gem
<< — Señorita, aquí hay alguien que desea verla.— ¿Quién? — preguntaron del otro lado.— Soy yo — hizo a un lado a la mujer, quien negó con la cabeza —. La persona que te rescató de la caída del edificio.— Sí, lo recuerdo — se sentó con algo de dificultad en la cama —. Es la persona que me salvó cuando pensé que iba a morir entre esos escombros.— Mucho gusto, soy Savannh Taylor. Hermana mayor de Issa, es un placer y muchas gracias por haber salvado a mi hermana, señor.&m