Capítulo 383
Su suave y adormilada voz hizo que esta mañana cobrara su propia vida.

Hundiendo su rostro en la almohada, Celeste no se despertó y volvió a dormirse profundamente.

Al ver su actitud perezosa de querer dormir más y se rio de su enojo.

Esa pequeña sin corazón había provocado su deseo, ¡¿pero no se encargaba de satisfacerlo?!

Justo cuando Lorenzo iba a despertarla, su teléfono sonó de repente.

Lo tomó y miró el número con impaciencia. Frunció el ceño y luego miró a la joven aún dormida, luego se levantó con el semblante frío y se dirigió hacia la puerta.

Después de salir la habitación, contestó el teléfono con voz gélida mientras bajaba las escaleras:

—Dime.

—Lorenzo, mis padres te están buscando, ven rápido, hoy los demás familiares también vendrán a visitarme.

Nadia parecía estar hablando desde el baño, porque hablaba con voz cautelosa y susurrante.

La voz helada de Lorenzo no tenía ni una pizca de calidez:

—Hoy tengo que quedarme en casa para acompañarla.

—¿Cómo voy a explicarles si n
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