Capítulo 344
Antes, Lorenzo la abrazaba todas las noches para dormir, y nunca le daba la espalda.

¿La estaba ignorando a propósito?

Celeste miró la ancha espalda del hombre y, al ver que aún llevaba la camisa puesta, dudó un poco pero extendió la mano para desabrocharle los botones de la camisa.

—¡Hoy no tengo ganas!

La fría voz del hombre resonó repentinamente justo cuando los delicados dedos de ella apenas tocaban los botones.

Celeste se quedó perpleja por un momento, y luego le explicó sin más:

—Te resultará incómodo dormir con la camisa puesta, solo quería ayudarte a quitártela.

Ella no significó que quería hacer el amor con él… Ella no era como él, que andaba pensando todo el día en esas cosas en la cama.

Lorenzo cerró los ojos y soltó una risa despectiva:

—¡Humph!

¡Esta actuó como si en verdad él le importara mucho!

Bueno, parecía que este realmente quería ignorarla… Celeste lo miró y, sin decir más, se volvió a recostar, se cubrió con la manta y se durmió.

***

Al día siguiente.

Celeste abr
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