En un país europeo, al otro lado del mundo, el clima es húmedo y el paisaje es hermoso durante el verano. En un precioso campo de golf, con un césped verde inmenso, Lorenzo vestía ropa deportiva blanca y llevaba unas gafas de sol de color café. Sus atractivos rasgos estaban en gran parte ocultos tras las gafas, y sus grandes manos esbeltas sujetaban el palo de golf. Sus dedos fuertes eran especialmente llamativos. Miró despreocupadamente hacia un lugar cercano... Se giró y golpeó el palo...¡Hoyo en uno!—¡Perfecto!Enseguida, resonaron aplausos a su alrededor. Charles, un hombre rubio de ojos azules, que estaba a su lado, se rió y dijo:—Señor Vargas, tu habilidad en el golf es aún mejor que hace dos años. No tengo ninguna posibilidad de ganar un juego contigo.Lorenzo mantuvo una expresión tranquila. Pasó el palo de golf a Andrés que estaba detrás de él, y se quitó los guantes con calma.Charles lo observó, sus ojos se movieron y sonrió diciendo:—Señor Vargas, dame una oportunidad e
Lorenzo ni siquiera le echó un vistazo, frunció el ceño y se volvió hacia Andrés. Le preguntó:—¿Qué está haciendo Celeste?Andrés se quedó aturdido por un momento y le respondió rápidamente:—Tampoco lo sé. Voy a preguntar de inmediato.—De acuerdo.Andrés se fue a hacer una llamada y pronto recibió noticias de Celeste. Celeste fue dada de alta del hospital la noche en que Lorenzo se fue. En los últimos días, ha estado yendo al hospital para visitar a Viviana, y trabaja en la empresa durante el día y hace trabajos a tiempo parcial en un bar por las noches.Lorenzo entrecerró los ojos. ¡Qué persona más trabajadora!En ese momento, de repente, un pequeño perro manchado de blanco y negro corrió hacia él, moviendo la cola y dando vueltas alrededor del hombre. Él miró hacia abajo al perrito a sus pies y frunció un poco el ceño. Preguntó:—¿De dónde ha salido este?Charles estaba a punto de llamar a alguien para que se llevara al perro, pero al escuchar la pregunta, respondió de inmediato:
Celeste ignoró el mensaje y siguió concentrada en su trabajo. Después de un rato, su móvil volvió a vibrar y ella lo tomó para ver quién era. Era otro mensaje del mismo número:[¿Te atreves a no responder mi mensaje?]Celeste frunció el ceño. Al principio, quería ignorarlo, pero al pensarlo bien, decidió explicarle un poco. Escribió:[Te has equivocado de persona.]Justo antes de enviar el mensaje, de repente se le ocurrió algo y volvió a leer las palabras cortas pero arrogantes en la pantalla.Se quedó un poco sin palabras. ¿Por qué esta persona le envió esa foto y luego dijo que el perro se le parecía? ¿Ella lo había ofendido? ¡Por qué la insultó sin razón!Lorenzo le envió otro mensaje:[El perrito se parece a ti, cuando estabas en el hospital, ¿no es así?]Celeste miró la foto del perro manchado durante unos segundos antes de darse cuenta de que Lorenzo se estaba burlando de ella diciendo que, cuando estaba en el hospital, sus heridas moradas con alcohol violeta se parecían a las m
—¿Qué? —preguntó Lorenzo un poco confundido por sus extrañas palabras.Celeste le explicó:—Me ayudaste en liberar a la señorita Jiménez, ¿hay alguien que te busque problemas?Aunque eso fue solamente un trato entre ellos, Celeste no quería que Lorenzo se metiera en problemas por su culpa. Eso la haría sentir que le debiera aún más favores.—Aún no eres capaz de causarme grandes problemas —Lorenzo soltó una leve risa despreocupada.Según el tono relajado del hombre, como si no le diera mucha importancia. Esto alivió a Celeste mucho.—Por cierto, jefe, quería agradecerte por organizar el hospital y los médicos para la señorita Jiménez.—Agradece cuando yo regrese —interrumpió Lorenzo con su voz profunda —, ¿te has recuperado por completo ya?—Sí, casi…—Hum —Lorenzo rio.Aunque solo fue una sílaba, su voz profunda y juguetona tenía un toque de provocación. Celeste se quedó perpleja por unos segundos antes de reaccionar. De repente, su rostro se ruborizó y, sin palabras, mordió su labio
Durante los próximos dos días, Celeste continuó ocupada con su rutina diaria. El jueves por la tarde, después de terminar su jornada laboral, recibió una llamada inesperada en su teléfono. Era Andrés.—El jefe va a aterrizar en el aeropuerto internacional en media hora. Por favor, ve a recibirlo.—¿El jefe ha vuelto? —preguntó Celeste un poco confundida: —¿Por qué tengo que recibirlo?—Dada su relación, ¿no sería apropiado que lo recibieras? —Andrés le devolvió la pregunta curiosamente.Un destello de emociones complejas apareció en los ojos de Celeste. Respondió suavemente:—Entendido.Debido a sus heridas, Lorenzo no le pidió que pagara el precio de su trato. Ahora ella se había recuperado, y él también había terminado de su viaje de negocio, llegó el momento de enfrentar lo que había que pasar.Dado que no había autobuses directos al aeropuerto desde su ubicación, Celeste no tuvo otra opción que tomar un taxi muy caro. Después de sentarse en el taxi, le dijo al conductor que se diri
Melodía se puso pálida al escucharlo. Celeste apretó un poco los labios y se volteó para hablarle con una sonrisa:—Señor García, entonces, ¿qué quiere?Pablo la miró fijamente:—Señorita Torres, tu amiga no apreció mi amabilidad. Le invité a probar mi vino tinto, pero ella rompió mis dos botellas de Lafite de nivel más alto. Cada una con un valor de más de cuatrocientos mil. Si me paguen ochocientos mil, las dejaré ir.—¡No me invitaste pero me obligaste! —dijo Melodía fríamente.Celeste examinó los fragmentos de botellas rotas en el suelo. No eran Lafite de nivel más alto, solo era vino tinto común que no valía tanto dinero. Aparentemente, Pablo estaba buscando problemas para detenerlas aquí.—No hay lugar para regatear. Si no pueden pagarlo, hay otra opción —propuso Pablo mirando a Celeste con una expresión lasciva y maliciosa —. Solo necesito que pases una noche conmigo. Si aceptas la oferta, liberaré a ambas, a ti y a tu amiga, ¿qué te opinas?La última vez, su plan alegre fue int
Ella había planeado encontrar una oportunidad para hacer una llamada para pedir ayudar, pero su bolso fue robado y ahora ya no tenía otra opción.—Celeste lo siento, todo es culpa mía. Si no hubiera sido engañada por el productor y creyera que realmente solo venía aquí para discutir el guion, no te habría involucrado…Melodía tenía apariencia y talento actoral, pero había estado haciendo papeles secundarios durante tantos años. Tenía tanto anhelo de una oportunidad para destacarse, por lo cual fue engañada. Celeste la consoló en voz baja:—No digas tonterías. Lo importante es que estés todo bien. Primero, tranquilízate un poco y pensemos juntas en una solución.***Mientras tanto, en la salida del aeropuerto, Lorenzo llevaba ropa casual, con gafas de sol negras y una mano holgazaneando en el bolsillo de sus pantalones. Desprendía una opresiva aura fría.Aunque su expresión era tan sombría y distante, su apariencia y presencia llamativa seguían atrayendo la atención de las chicas que pa
—¡Maldita sea! ¡No escapen!Al darse cuenta de que las dos se escapaban, el guardaespaldas las persiguió a toda prisa mientras ellas corrían hacia abajo. Al mismo tiempo, a través del intercomunicador, gritó:—¡Rápido! ¡Esas dos mujeres se han escapado!El restaurante eran todas salas privadas, por lo que en los pasillos no había mucha gente. Solo podrían estar a salvo si lograban llegar a un lugar con más gente después de salir por la puerta principal, así que las dos corrían desesperadamente hacia abajo. Cuando llegaron al vestíbulo del primer piso, alguien las agarró repentinamente. Al levantar la cabeza, Celeste vio el rostro siniestro y aterrador de Pablo. Su corazón dio un vuelco por un momento.—Señorita Torres, ¿adónde quieres ir? —preguntó Pablo con frialdad mientras la miraba fijamente, sabiendo muy bien cuál era la respuesta.Celeste mordió su labio y, de reojo, vio una estantería de vinos al lado. Rápidamente agarró una botella y la estrelló con fuerza contra el estante.¡B