Celeste se paró en el jardín, mirando la escena caótica a través de la ventana del patio de la villa contigua.Podía ver claramente a los tres miembros de la familia López siendo envueltos por los reporteros, y también a Jacob quien se paró en una esquina.Celeste sabía que, con su aparición allí, la pareja seguramente hablaría sobre el caso de Isabela, y si no lo hacían, también tendría otros planes para provocarlos a discutir el tema.Afortunadamente, las cosas salieron todo bien y no tuvo que usar sus otros planes.Si ellos pudieron decir que su previa grabación fue una falsificada, hoy había usado una cámara oculta, de modo que ellos ya no podrían dar vuelta a los hechos.A partir de hoy, la prominente familia López empezaría a desmoronarse poco a poco.—Enrique ya ha arreglado que los medios intensifiquen la cobertura de las noticias, la familia López no podrá eliminarlas, y los del Buró Anticorrupción ya han llegado para llevarse a Héctor para la investigación —dijo Lorenzo.Cele
La presencia al alrededor de Lorenzo se apoderó cada vez más, y una intensa aura asesina se esparcía en el espacio.Celeste ni siquiera se dio cuenta del cambio, pero Nadia lo notó de reojo… Vio la expresión feroz de Lorenzo, sintiéndose un poco malévola.«Vaya, ¿ya te has molestado tanto? ¡Te lo mereces porque me amenazaste con cancelar la exposición!», pensó ella.Ella le sonrió cada vez más cálidamente a la ingenua Celeste: —Celeste, ¿lo de los López es tu obra?Cuando fueron a la fiesta juntas, Celeste no le había dicho lo que iba a hacer, pero según la actual situación, no era difícil adivinarlo.Celeste asintió:—Sí, Nadia, es que yo... ¡Ah!De repente, Lorenzo agarró su brazo con fuerza y la jaló hacia él, haciendo que ella retrocediera dos pasos y saliera del agarre de Nadia, cayendo en los brazos del hombre.Los fuertes brazos la abrazaron posesivamente por la cintura.Lorenzo inclinó la cabeza, mirando a Celeste con una profunda mirada. Sus delgados labios se movieron un poc
Celeste no quería que ellos siguieran quedándose allí enfadándose mutualmente. La miró a Nadia con expresión de disculpa: —Nadia, lo siento, aún tengo algunos asuntos pendientes y no podré comer con usted hoy. La invitaré a cenar otro día, muchas gracias por todo, adiós.Si realmente fuera a comer con Nadia, Lorenzo definitivamente se enfadaría con ella. Solo empeoraría las cosas innecesariamente. Para evitar que los dos volvieran a discutir y que los fotografiaran juntos, Celeste se despidió rápidamente de Nadia y jaló a Lorenzo hacia el coche.Lorenzo se dejó llevar. Antes de subir, le lanzó una mirada gélida de advertencia a Nadia, pero Nadia pareció no notarla y le sonrió desde lejos.Bueno, ¡ella no tenía ningún miedo!Pronto cerraron la puerta y Andrés arrancó el coche, alejándose rápidamente y desapareciendo tras la curva.Nadia miró con pesar el coche que se alejaba. Había esperado poder llevarse a Celeste, pero fracasó…Se notó que Lorenzo se preocupaba mucho por Celeste. N
Al girar la cabeza, Celeste vio esa terrible expresión del hombre, se dio un sobresalto y le preguntó con extrañeza: —¿Qué te pasa?—¿No tienes nada que decirme?Lorenzo la miraba fijamente, con un claro enojo plasmado en su rostro.Ella miró el frío semblante del hombre frente a ella y, sin saber por qué, a pesar de que la expresión de Lorenzo era terrible, sintió un impulso de reír…—Jeje...Finalmente, no pudo contener la risa...¡Esa mujer aún se atrevía a reír! ¡Parecía que su enojo no le dio importancia en lo absoluto!El rostro de Lorenzo se ensombreció aún más, su mirada se enfrió y su furia era aún más evidente: —¡Celeste! ¿Cómo te atreviste a contactar a esa mujer de nuevo?Su expresión feroz era como la de un esposo que cuestionaba a su mujer infiel.Ella sabía que Lorenzo se enojaría al enterarse de que había contactado a Nadia, por eso planeaba ocultárselo, pero al final él lo descubrió.—Puedo explicártelo, solo le pedí un poco de ayuda —le dijo.Sabía muy bien que esta
Andrés solo se atrevió a echarles un solo vistazo y ya no se atrevió a mirarlo más. Presionó discretamente el botón para que subiera la ventanilla divisoria, mientras pensaba para sí: «Celeste le gusta tanto al jefe… ¿Acaso es porque nadie se atreve a besarle con tanta fuerza como ella? ¿El jefe tiene ese tipo de gusto especial…?»***Cuando finalmente terminó el beso, Lorenzo la soltó y el delicado cuerpo de Celeste se recargó en su pecho, respirando con suavidad. La joven lo miró con sus ojos brillantes y le preguntó:—Ahora ya no estás enojado, ¿verdad?La corbata de Lorenzo estaba un poco desordenada, pero no se veía desarreglado, más bien tenía un aire de indecencia despreocupada.Ella lo había besado, naturalmente la ira de Lorenzo también se había disipado. Pero el hombre seguía con el ceño fruncido y emitió un frío resoplido, con un significado ambiguo.Al fin y al cabo, ella fue la culpable de todo eso… Sin otro remedio, desvió la mirada y le explicó con suavidad:—Hoy tuve
Los brazos autoritarios del hombre se convirtieron en una jaula, deseando solo encerrar a la alondra que había tenido entre sus brazos.El estado de ánimo de Celeste era un tanto complicado…Lorenzo le daría cualquier cosa, nunca había sido tacaño con los bienes materiales.Sin embargo, eso también ya sería todo.[¿Crees que dejaré que la mujer que me gusta se quede a mi lado?]Las palabras que alguna vez él le había dicho resonaban de nuevo en su mente.Era una declaración, pero también una advertencia.En el momento en que él le reveló que a Nadia le gustaban las mujeres, Celeste supo la razón por la que Lorenzo la había elegido para casarse.Con su posición e influencia, había muchas familias en la capital que querían emparentar con él, pero él no quería tener ningún vínculo emocional con otras mujeres, por lo que eligió a Nadia, quien no tenía interés en los hombres.A Rosa le gustaba él, pero incluso con la relación de Nadia, Lorenzo la humilló públicamente sin dejarle ninguna con
Después de asearse, Celeste bajó las escaleras.Escuchó voces en la sala, miró hacia abajo y vio a Lorenzo vestido con ropa casual, sentado en el sofá. Su porte era imponente, con una mirada gélida y un aura de frialdad. Frente a él estaban Enrique y Melodía.—¡Melodía!Ella bajó rápidamente las escaleras.—Vaya, ¡al fin despertó la bella durmiente! —bromeó Melodía mirándola y sonriendo.Celeste se sonrojó y echó una mirada furtiva a Lorenzo, quien también la observaba. Sus ojos se cruzaron y ella desvió la mirada apresuradamente, yendo a sentarse junto a Melodía.—¿Qué haces aquí? —le preguntó a Melodía.—Enrique tiene asunto que discutir con Lorenzo, y como no tenía nada que hacer, vine con él —explicó Melodía.—Señor Paredes —Celeste lo saludó.Enrique le sonrió:—Celeste, tengo que agradecerte, ¡me has hecho un gran favor!—¿Qué favor? —Celeste estaba confundida.Resultó que el edificio comercial donde se transmitió el video del día anterior era propiedad de Enrique. La polémica en
Él lo hizo con total naturalidad, como si estuviera haciendo algo de lo más común y corriente.Tanto Enrique como Melodía miraban la escena con evidente sorpresa.Enrique se sorprendió por la actitud de Lorenzo hacia Celeste, y sabía que tendría que proteger también a ella en el futuro por respeto a Lorenzo. Melodía, por su parte, observaba a Celeste con alegría por ella, pero también con cierta preocupación y algo de envidia.Celeste se quedó un poco sin palabras… Pensaba que Lorenzo la había pedido que se le acercara por decirle algo importante, pero resultó que solo quería darle de comer…Este hombre ya estaba acostumbrado a alimentarla, pero ahora aún había otras personas presentes, y él ni siquiera se preocupaba por eso…Celeste se sentía incómoda comiendo así. Con las mejillas sonrojadas, tomó el sándwich y le dijo: —Sigan ustedes, yo iré al comedor a comer.Dicho esto, se levantó con el sándwich en la mano y se retiró. Melodía también se puso de pie: —Celeste, te acompaño.Al