Capítulo 281
El silencio reinaba la habitación.

Lorenzo la miró fijamente con sus ojos profundos durante unos segundos, y sus delgados labios se movieron ligeramente:

—Cielo, ¿qué opinas?

¡La llamó Cielo!

Celeste sintió una ligera conmoción en su corazón, ya que solo su madre la llamaba así.

Antes, Lorenzo siempre la llamaba por su nombre. Su grave voz sonaba como un susurro cariñoso entre amantes, como si estuviera coqueteando con ella.

Sin embargo, Celeste percibió un atisbo de frialdad en su mirada.

Obviamente, él no quería escuchar lo que ella no quisiera decir.

Justo cuando iba a hablar, de repente vio una caja sobre el armario a lo lejos.

Era la caja de la escultura de jade.

No solo eso, Lorenzo le había dado tantas, tantas cosas, y ella le debía demasiado.

Siendo adultos, Celeste no era tan ingenua como para no darse cuenta de las intenciones de Lorenzo.

Celeste se mordió los labios:

—Lorenzo, puedo estar contigo, pero tienes que prometerme dos cosas.

Lorenzo no esperaba que ella le dij
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