—Ese maldito de Manuel mató a mi papá y a mi hermanita. ¡Todos los Jiménez merecen morir! Regresé a la ciudad vengarme y ya casi lo logro, pero no esperaba que tú, esa ilegítima de Manuel Jiménez, aparecieras de repente y los salvaras a todos —dijo Yael con la mirada siniestra detrás de sus lentes frías —. Pero tu aparición tampoco está mal. De lo contrario, serías una omisión de mi plan de venganza. ¡No podré darles una perfecta respuesta a mis familiares!Celeste no se imaginaba que los Jiménez y Yael tuvieran un odio tan profundo. Un escalofrío le recorrió la espalda.Se alertó y con la mano en el bolsillo buscando secretamente el móvil. Si Yael odiaba tanto a los Jiménez, incluso sin dejarla pasar, tendría que prepararse para pedir ayudar lo antes posible.—No te pongas nerviosa, hoy no planeo hacerte daño. Te he hecho venir para que le quites la última esperanza de Jacob. Será mejor que hagas lo que te ordeno, o de lo contrario...De pronto Yael esbozó una sonrisa cargada de signi
Las palabras de Jacob la defendían mucho, sin ocultar el amor en sus ojos. Celeste se sentía cada vez más triste en su corazón. Se limpió los ojos y le respondió con calma—No estoy llorando, es que hace un momento mis ojos se sentían un poco irritados, pero ya pasó.Jacob frunció el ceño. Él no estaba completamente borracho, así que naturalmente no le creyó su débil mentira.Ella suspiró y habló con tranquilidad:—Jacob, tu hermano me contó sobre los rencores entre ustedes y la familia Jiménez.Jacob se quedó rígido, frunciendo el ceño y mirándola en silencio por unos segundos, luego le dijo con tono serio:—Celeste, lo que hizo la familia Jiménez no tiene nada que ver contigo. No te culpo y tampoco dejaré que Yael te haga daño, no tienes que preocuparte.Se sorprendió al saber que Celeste era hija de Manuel, pero nunca se le había ocurrido odiarla por eso. Ella era inocente.Ahora Celeste entendía por qué Yael quería que ella hiciera que Jacob se olvidara de ella. Porque Jacob la am
Celeste iba caminando por la calle de regreso a la casa de Lorenzo, y los recuerdos del pasado con Jacob resurgían en su mente como una película—Juntos fueron a la biblioteca, volaron en globo, cuando ella se enfermó y tenía fiebre, él la llevó al hospital…Habían tenido tantos recuerdos que formaban como una esponja empapada que le bloqueó pesadamente en su pecho, dejándola sin aliento.¡Bum!De pronto, se escuchó una explosión violenta. La tierra comenzó a temblar, la gente en la calle gritaba y corría despavorida, Celeste fue empujada varias veces y casi se cayó.Bzzz...En ese momento, sonó su teléfono, era la llamada de Lorenzo.Celeste estaba muy molesta, sin ánimo de contestarla, simplemente puso el teléfono en silencio y lo apretó en su palma.Deambulaba sin rumbo por las calles, sin saber cuánto tiempo pasó, hasta que se dio cuenta de que había llegado a la empresa. El guardia de seguridad en la entrada estaba hablando por teléfono. Al verla, se sorprendió mucho y le gritó
Celeste susurró con voz suave:—Tuve un poco de mal humor y no fui a la pastelería, sino que me fui a otro lugar a dar un paseo.—¿Por qué no contestaste el teléfono? —le recriminó Lorenzo con un semblante aterrador.Él había llamado a Celeste varias veces sin obtener respuesta, por eso temía que le hubiera sucedido algo. Al ver la tienda destruida por la explosión, tenía una sensación difícil de describir. Deseaba que cada uno de los ladrillos desapareciera para que pudiera encontrarla de inmediato. Al mismo tiempo, rogaba que ella no estuviera allí.En más de veinte años de vida, Lorenzo experimentaba por primera vez una sensación de que su corazón podía detenerse.—Cuando estaba revisando el guion, puse mi teléfono en modo silencioso y no escuché que alguien me llamara… —le explicó Celeste, sin atreverse a decir la verdad. No esperaba que hubiera las consecuencias tan graves de no contestar su llamada.—¡Eres una tonta! —exclamó Lorenzo con el ceño fruncido: —Celeste, ¿acaso en tu c
De repente, el rostro de Celeste cambió, con su voz suave y débil, se quejó:—¿Cómo puede ser tan sencillo? Realmente siento mucho dolor… Me duele mucho... Mordió sus labios, frunciendo el ceño con fuerza. Su cuerpo encogido parecía soportar un gran dolor. En su cuello salían las venas. Gimiendo y sollozando, su reacción tocaba la fibra sensible de Lorenzo, y su voz se volvió más fría:—¿Parece que no le pasa nada? ¡Examínela con cuidado!Andrés casi se ríe a un lado. Era su culpa, no le había dicho al doctor Suárez sobre la situación cuando llegó. Tosió suavemente:—Doctor Suárez, vuelva a examinar bien a la señorita, tal vez realmente haya algún problema.Le hizo una señal de ojo al doctor Suárez, pero debido a la imponente presencia de Lorenzo, el doctor Suárez, intimidado por su mirada, ni siquiera se dio cuenta de la insinuación de Andrés, creyendo que Lorenzo estaba cuestionando sus habilidades médicas.—Señor... es imposible que la señorita tenga problemas estomacales, si no me
Ya que Lorenzo se había dado cuenta de que ella estaba fingiendo estar enferma, no podía seguir actuando. Esbozó una sonrisa algo avergonzada:—Lorenzo...—¡Sonríes demasiado feo!Lorenzo la miró con frialdad, fijando su mirada en su sonrisa falsa. La comisura de sus labios se congeló, y la contuvo al instante, sintiéndose avergonzada.¡Él era el feo! ¡Él era el más feo del mundo!—Celeste, ¡te atreviste a engañarme! Tienes mucha audacia, ¿eh?Los largos dedos de Lorenzo le sujetaron la barbilla, y su mirada era un tanto sombría.Al pensar que recién se había preocupado tanto por su dolor de estómago y había caído en su juego, a Lorenzo la ira ya le hirvió la sangre.¡Se atrevía a actuar con él! ¡Muy bien!Ejerció bastante fuerza en la mano, y la barbilla de Celeste le dolía un poco. Ella le empujó la mano con su manita y se frotó la barbilla dolorida.—Porque tú me amenazaste con cancelar el proyecto del guion, ¿qué más podía hacer?Simplemente no esperaba que lo descubriera tan rápi
Los ojos brillantes de la joven parecían estar llenos de ilusión hermosa, como si fueran estrellas recién lavadas.Lorenzo la miró fijamente, pero de repente tuvo una intuición: ¡La joven que tenían frente a él parecía estar lista para irse en cualquier momento! ¡Esa sensación lo molestaba mucho!Sus ojos se enfriaron, con sus largos dedos le sujetaron la barbilla y su mirada se clavó en ella:—Celeste, sin mi permiso, ¡no tienes derecho a dejarme!En sus ojos, Celeste vio un fuerte deseo de posesión. Evitando la mirada, bajó sus espesas pestañas, respondiéndole en voz baja:—Lo sé.Cuando decidieron estar juntos, él le había dicho que solo cuando él se aburriera de ella, su relación podría terminar. Ella también quería irse, sin embargo, con la influencia de Lorenzo, si él no la dejaba ir, ¿a dónde podría huir?Por supuesto, Lorenzo no sabía en qué estaba pensando. Para él, el significado de sus palabras era que ella se quedaría obedientemente a su lado.Quedó satisfecho con su respu
—No lo hice a propósito, ¡suéltame!Celeste desvió la mirada, sonrojada. Lorenzo entrecerró los ojos sin decir nada, mirándola con una mirada penetrante y agresiva.En el baño, la bañera, un hombre y una mujer a solas… Este tipo de situación fácilmente podría incitar la imaginación. Sobre todo, Lorenzo siempre había sido incapaz de resistirse al cuerpo de Celeste, y, además, el accidental coqueteo de Celeste hace poco, ya daba lo mismo si ella lo pretendía o no, ahora él ya la deseaba…La intención en la mirada de Lorenzo era tan aparente que, bajo esa mirada, Celeste sintió como si estuviera desnuda. Mordiéndose los labios, le susurró:—No quiero... ¡Emm…!Antes de que pudiera terminar, Lorenzo la jaló repentinamente, pasando su mano por detrás de su cuello para mantenerla en su lugar, luego la mordió los labios. ¡Realmente la mordió!Los afilados dientes del hombre apretaban un pequeño pedazo de su labio, mientras su lengua delineaba sus labios, como saboreando lo suave de esa carne