Amaliet miro el reloj que estaba colocado sobre la mesita de noche ya habían dos horas desde que Helen había ido a preparar el antídoto y la ansiedad comenzaba a consumirla, tenia miedo de que su compañera fuera descubierta queriendo entrar al laboratorio sabia que si eso sucedía estaría metida en un gran problema.

Por otro lado estaba el hombre herido postrado en su cama, si Helen no llegaba a tiempo las cosas empeorarían para el, por suerte se veía mucho mejor que cuando lo encontró la magia sanadora de Helen estaba contrarrestando bastante bien el veneno pero si querían que el proceso fuera mas rápido necesitaban el antídoto y cada minuto era importante ya que si alguien descubriera que había un hombre extraño en la habitación podían darle una sanción sin contar que si descubrían que era un cazador podían terminal siendo acusada de traición Amaliet paso la mano por su cara y soltó un gruñido de frustración últimamente los problemas la seguían a todo lado.

El chirrido de la pue