—¿Columbus?

Su voz era muy baja, se estremecía mientras pronunciaba mi nombre como preguntando algo

—Dime cariño, que sucede

Pregunte lamiendo su cuello, erizando aún más sus vellos y pezones que me invitaban a comerlos

—Si no paras ahora, no dejare que te vayas, perderemos las citas medicas

—No te preocupes nena, lo tengo presente, tu solo disfruta

Me pare frente a ella, su aroma se hizo más intenso, el olor a chocolate y galleta me tenía embobado, bese suavemente su cuello, bajando por su clavícula hasta sus senos que me invitaban a devorarlos, la sentí estremecerse cuando los lamí, sonreí ante el acto, la guie a la cama, termine de sacarme la ropa, me acomode entre sus piernas, encima de su cuerpo, descendí por su abdomen que ahora tenía unas hermosas estrías que me indicaban que de este hermoso cuerpo salio mi hija, las bese y lamí, Angeles se arqueaba, hundí mi cabeza entre sus pliegues ya húmedos estaba tan dispuesta para mí, adore su cuerpo con devoción, sintiendo como su perla