Despues de todo el show que armaron con justa razon en casa de mi tia Odalys, por mi actitud desvergonzada, me encontraba sentada en un mueble muy hermoso, me sentia una hormiga en medio de esta inmensa casa que al parecer le pertenecía a Columbus que ahora se es un Hancks, hermano de mi primer amor

—¿Qué te sucede?

—Disculpe, es que nunca he estado en un lugar extraño

—No tengas miedo, Columbus no es mala persona, solo es un poco temperamental, te acostumbras de a poco

—¿Por qué iba a tenerme miedo a mi Bautista? Es mi omega

—Al fin llegas hombre, la pobre no se ha movido de ese lugar desde que la traje

—Es obvio que no va a moverse ¿Ves lo que trae puesto? No mejor no mires o te sacare los ojos

—Tan posesivo con esta omega nada agraciada, solo mírala es una gorda sin gusto, te he conocido mejores, hasta Victoria era de mejor categoría

—Deja de hablar de una buena vez Bautista

El grito de Columbus termino de asustarme, traté de cubrirme lo mejor que pude, salí corriendo por la puerta