Parte 4...IsabelaSé que tenemos que volver a la fiesta abajo, pero aquí se está tan bien que no quiero salir ahora. Suspiré sin darme cuenta y él acarició mi cabello.— Vaya... Qué suspiro tan profundo. ¿Qué pasa?— Nada, en realidad — puse mi cabeza en su hombro — Solo estaba pensando...— ¿En qué?— Quiero hacer algo, no quiero quedarme quieta, Enzo.— ¿Y qué planeas hacer? ¿Quieres seguir estudiando?— Aún no lo sé... — encogí los hombros — Solo no quiero pasar mis días en casa viendo la televisión.— Está bien. De hecho, me parece bastante bien.— ¿De verdad no te molestará?— ¿Y por qué iba a molestar? — él sostuvo mi mentón y levantó mi rostro — Eres mi esposa, no mi prisionera. Tienes libertad para ir y venir... Pero siempre habrá alguien cerca. No se puede bajar la guardia.— Sí... Eso ya me di cuenta... — suspiré de nuevo — Quiero aprender a defenderme, Enzo. No quiero solo depender de tus hombres.— Tendrás guardias, Isabela. Para donde vayas.— Lo sé, pero aún así, creo q
Parte 5...EnzoComo siempre, mi madre no dejó nada por hacer. La recepción fue estupenda y tal vez, me arriesgo a decir, incluso superior a lo que se había planeado antes, cuando sería en la iglesia. Aquí en nuestra casa fue más íntimo y agradable.Los padres de ella se sentaron en la misma mesa que mi madre y Alessandro y, a excepción de la insistencia de Eduardo en hablar solo de negocios con mi hermano, Anete fue muy amable y noté que mi madre estaba tranquila a su lado.La banda que fue contratada para tocar era muy buena y por primera vez me animé a bailar en medio de otras personas, y solo porque Isabela me arrastró al medio del escenario que se colocó en el centro del césped. Y fue muy bueno, me gustó, me sentí relajado como hacía mucho tiempo no me sentía.Isabela es una sorpresa que me alivia. Noté las miradas de las personas a nuestro alrededor y aún más la de mi madre, al vernos bailar. Empezamos con una canción animada, bailando sueltos y terminamos abrazados, en una canc
Parte 1...EnzoCuando regresé de la ducha, encontré a Isabela despertando, estirándose en la cama y con la sábana retirada, dejando al descubierto sus senos. Sólo de ver esta escena me dan ganas de volver a la cama, pero no puedo. Ya hice planes para esta mañana y ella necesita descansar un poco. No puedo abusar de ella así, aunque mi cuerpo lo pida mucho. Isabela era virgen y yo no quería ser un pervertido.Tengo que controlar mis impulsos, porque si me voy a liberar, no me soltaré de ella, es tan hermosa. No sólo físicamente. Nuestras pocas conversaciones me demuestran que tiene buen corazón. Creo que necesitaba esto para crear equilibrio en mi vida.— ¡Buen día! - ella se volvió hacia mí sonriendo.— ¡Buen día! – me senté en el borde de la cama y le froté las caderas — &i
Parte 2...EnzoDe nuevo tengo que lidiar con un asunto antiguo y eso me irrita un poco. No me gusta tener que repetir trabajo. Alessandro me informa que Dom Vicente está intentando aprovecharse de una carga que está por llegar.— ¿A qué hora esperamos el cargamento?— A finales de la tarde, la misma hora de siempre — responde Alessandro — Ya he separado a más de nuestros hombres, no confío en el mismo número.— ¿De qué desconfías, Alessandro?— Ya sabemos quién fue el traidor y ya nos hemos ocupado de él y de su familia, pero no creo que todo haya sido solo él.— Estoy de acuerdo, debe de haber algún otro traidor que ahora esté tranquilo, con miedo.— Pero no te preocupes, voy a descubrir quién es — afirma él — Manollo ya me ha pasado lo
Parte 3...EnzoNoto una pequeña araña trepando por el cristal de la ventana desde fuera. Hoy hace calor, pero el aire acondicionado de la habitación es genial y estamos fríos, a la temperatura adecuada. El único calor proviene de nuestros cuerpos, sudorosos después de hacer el amor.Y nuevamente Isabela me demuestra que no está bien prejuzgar algo o a alguien.Puede que haya crecido en un convento, pero el modo de vida de las monjas no llegó hasta ella. Al menos no en lo que respecta al fuego que tiene. Sólo me falta empezar y ella misma continúa.Sé que no tienes experiencia y eso es genial para mi ego. Tengo mucho que enseñarle y me gusta que esté abierta a mí, aunque al principio esté un poco estancada.Se mueve sobre mi pecho y levanta la cara, mirándome.— ¿Que pasó? – Juego con un mechón de su cabello — ¿Exageré? ¿Estas adolorido?— No… – apoya su cabeza en mi pecho — Creo que mejorará con el tiempo, ¿no?— Sí, te acostumbras, te relajas más – me giré hacia un lado y puse mi pi
Parte 4...IsabelaCuando regresamos al hotel, Enzo parece decidido a continuar nuestra casi luna de miel. Cierra la puerta con llave mientras me dirijo al baño. Quiero darme otra ducha porque el viaje estuvo muy bien, pero también hacía calor, aunque ya empezaba a oscurecer.Me quité los zapatos y cuando levanto la cabeza, lo veo en el reflejo del espejo sobre el lavabo y miro hacia atrás.— ¿Que pasó? – Le doy una pequeña sonrisa.Viene hacia mí, se abre la camisa y se hace a un lado los zapatos. Empieza a quitarte los pantalones.— ¿Quieres darte una ducha también?— Sí, lo creo… Luego – se baja la ropa interior de una vez por todas y deja al descubierto su excitado miembro.— Enzo... – Intento contener la risa — ¿No estás cansado?El se acerca y me besa. Siento sus manos recorriendo mi cuerpo y luego me quitan el vestido por la cabeza. Lo tira al suelo.— Me gusta este vestido – me quejo.— Es muy bonito – sus manos cubren mis pechos — Puedo comprar cien más así – se ríe y me vuel
Parte 5...IsabelaDespués de tres semanas de casada puedo decir que no tiene nada que ver con todo lo que me dijeron en el convento. Ni siquiera las verdaderas profesoras eran meras informantes, como las monjas.Estas entonces eran muy diferentes. Lo que me dijeron fue otro mundo. Estoy empezando a pensar que muchas de ellas están enojadas porque están atadas a la religión. Nunca me detuve a analizarlo. No sé si la mayoría está ahí de buena gana o si fue por necesidad o algo así.Bueno, es menos malo que no me haya vuelto tan estrecho de miras como ellas. A pesar de tener miedo de lo que encontraría, en el fondo siempre quise tener mi familia y creo que eso no permitió que mi mente se contaminara demasiado con sus historias.Y sobre Enzo, creo que es como dijo. No debería preocuparme por quién es él para los demás sino por quién es él para mí. Mi esposo y protector.— Doña Isabela.Me doy la vuelta y Miguel viene hacia mí. Trae un hermoso ramo de flores. El tono rosa es muy suave.—
Parte 6...IsabelaSalir con Yelena ha sido realmente bueno. En cierto modo es como si estuviera haciendo el papel de mi madre, porque es ella quien me da atención e incluso cariño, podría decir. Y eso fue una agradable sorpresa. Realmente no me esperaba eso, después de todo lo que escuché en el convento.Llevo ya una semana casada con Enzo y no puedo decir que haya nada malo hasta ahora, más allá de que todavía no me he adaptado bien a tener siempre alguien vigilándome en algún lugar, aunque no vea él.Después de regresar a casa, donde me prometió que haremos un viaje de luna de miel tan pronto como tenga tiempo libre, Enzo pasa mucho tiempo fuera de casa, trabajando. Y evito preguntar en qué está trabajando. Porque dos veces volvió muy enojado y se encerró en la oficina con sus hermanos y los comandantes de su organización y como no entiendo nada de sus asuntos prefiero no interrogarlo.Al principio de las clases de Romeu me sentía muy insegura y nerviosa, pero Yelena me tranquilizó