“¿Aun tiene que hacer una prueba de aptitud después de saltar el muro?”

El enfado en mi tono era obvio, pero no era mi intención. Debería haber sido casual en mi tono, pero todo esto me irritaba.

Poner a mi hija en peligro sacaba lo peor de mí.

Maya parecía haberse vuelto más valiente desde que saltó la pared. Sabía que quería saltar el muro desde el momento en que lo vio, pero no podía dejar que la obligaran a hacerlo, mi corazón no podía soportarlo, ella lo era todo para mí y no sabía qué haría si se hacía daño.

“No tienes por qué llorar, mamá.” Maya me apretó la mano y yo me limpié las lágrimas de las comisuras de los ojos. Estaba aterrorizada mientras ella escalaba aquel muro, pero yo no podía escalarlo, apenas podía meter los dedos o los pies en esos agujeritos.

Cuando desapareció al otro lado estaba aterrada.

“Creo que está exagerando un poco, señorita Viviene. La chica dice que está bien y sé que no está enfadada por hacer la prueba de aptitud. Solo está asustada y molesta po