“¿Puedes verme, Scarlett?”

Me giré y reí porque no podía, Hunter me había puesto una venda para sumirme en la oscuridad, dejando solo su voz.

“Vamos, Scarlett.”

La voz cambió, así que desperté de mi ensoñación y miré alrededor.

La habitación estaba completamente a oscuras, solo con la débil luz de la luna brillando a través de la ventana, pero esta no era mi habitación y Maya no estaba aquí, no obstante reconocí mi entorno; era la habitación del Alfa Roman.

Al pensar en su nombre, reviví mis recuerdos como si se tratase de una película.

Pedí ser yo quien condujera.

Planificamos cómo utilizar la Conferencia de los Alfa para librarme de Hunter y eso me emocionó sobremanera, era un plan genial. Simple pero complejo, lo más difícil era ocultarle mi identidad a Hunter durante los próximos dos meses, hasta el día del evento.

Inmediatamente recordé el coche, si Hunter había puesto un rastreador en mis botas, podía hacer lo mismo con el vehículo de su hermana.

Aria era famosa por ser una