Me negaba a contribuir o empeorar esos temores de cualquier forma. Así que cuando le prometí que esperaríamos, lo dije en serio.Y no tenía la menor intención de romper esa promesa.Pero... oh, cómo dolía.Cada gota de mi sangre alfa gritaba con el impulso primario de reclamar a mi pareja. Necesitaba que el mundo entero viera a quién pertenecía, que era mía en todos los sentidos posibles. Pero me contuve... por ella.Haría cualquier cosa por ella. Cualquier cosa por verla sonreír y vivir su vida en paz.Mi padre, en cambio, nunca me lo pidió por la bondad o la pureza de su corazón.Aunque había prometido que le daría una oportunidad a Maeve, yo era plenamente consciente de que se aprovechaba de su naturaleza reservada para mantenerla en la oscuridad todo lo posible para su beneficio egoísta. Por eso, tenía ganas de echarle la bronca.Pero no podía. No cuando se lo había prometido a Maeve."Lo entiendo", terminé por soltar, ignorando la flagrante ofensa que se extendía por el ro
Punto de vista de Maeve"Ooh". Charlotte, aún bajo la apariencia de Cora, miraba pensativa y a la vez emocionada el edificio frente al que nos encontrábamos. "Nunca he podido probar este lugar. ¿Podemos hacer una parada aquí?".Después de una hora más o menos de explorar las distintas tiendas de la Calle Mona, las tres coincidimos unánimemente en que nos vendría bien un descanso para comer algo. La comida, pensé, no era mala idea y era algo a lo que me estaba malacostumbrando rápidamente. Después de una vida sobreviviendo con poco más que sobras en Piedra Luna, me encontraba rodeada de más comida de la que jamás hubiera creído posible.Normalmente, ese cambio repentino me habría sorprendido un poco, pero ahora era algo que agradecía con gusto, gracias a mi repentino aumento de apetito.Resultaba que criar a un bebé requería más energía de la que me había imaginado.Así que allí estábamos, frente a una pequeña y pintoresca cafetería de ladrillo que parecía ofrecer asientos tanto en
¿De dónde había venido este fuego?¿Era porque éramos una pareja predestinada? O... ¿era porque él era el primero en mostrarme lo que se sentía ser amada?Ya no sabía qué creer. Parecía que casi todos los aspectos de mi vida estaban envueltos en algún extraño misterio."Simplemente... me dolió", respondí al final, tratando de explicarlo de un modo que no me hiciera parecer totalmente fuera de mí. "Nunca he estado con nadie como con él". Avergonzada, intenté distraerme con la condensación que había empezado a acumularse en mi taza, manchando las gotas de agua con los pulgares. "Supongo que esperaba que tal vez él hubiera... esperado".Me sonrojé aún más, mortificada por estar diciendo todo eso en voz alta."Es estúpido", dije, soltando una pequeña carcajada. "Por favor, olviden lo que he dicho".Charlotte sacudió la cabeza. "No es ninguna estupidez. Es bueno que desahogues esos sentimientos"."Señorita". Maggie se dirigió a mí una vez más, sonando más como una madre de lo que nun
Punto de vista en tercera personaPoco sabía Maeve que la respuesta a su pregunta acechaba más cerca de lo que ella creía.Mientras ella y sus dos compañeras se preparaban y abandonaban el bistro, Bella estaba sentada en una mesa no muy lejana, oculta a plena vista tras una gran maceta y un menú cuidadosamente colocado. Observó cómo las tres mujeres abandonaban el lugar, pero no hizo ademán de seguirlas.Cuando estuvo segura de que estaba sola, bajó el menú y resopló, tratando de entender algo de lo que había oído.Sin duda, esa había sido Maeve a la que había seguido durante la última hora. Eso ya no podía ser cuestionado. Y la mujer mayor que la acompañaba era, en efecto, el ama de llaves del Príncipe Xaden. Sin embargo, aún estaba por comprobar si la tercera mujer era, de hecho, la Princesa Charlotte.No es que importara mucho. Bella pudo identificar que Maeve aún se encontraba en el corazón de la capital. Pero... había algo que no podía entender.Un nombre, para ser más espec
Bella se sentía atascada mientras se hundía en su silla en medio de un café, rodeada de una multitud alegre y bulliciosa por todos lados. El plan que había ideado con la Luna Victoria dependía enteramente de la desgracia social de Maeve. Ya no era puramente por el Príncipe Xaden. Era una cuestión de venganza contra una chica patética que no merecía la vida que prácticamente le habían regalado.Pero si ya no había una relación que pudieran destruir, un embarazo demasiado difícil de demostrar que existía y Maeve se encontraba viviendo felizmente en la capital con otro hombre... Cada vez era más evidente que no encontraría las respuestas que necesitaba.¿Qué debía hacer Bella...?¿Qué significaba eso para su plan? ¿Cómo se vengarían y podrían devolverle la libertad a Sarah?¿Cómo...? Isabelle bullía, temblando de una rabia insondable. ¿Cómo había fallado su plan esta vez?Tras encontrarse con Xaden en el pasillo del palacio hace apenas unas horas, se aisló en el espacio más cercano y
Punto de vista de MaeveNo tardamos mucho en volver a la mansión y, con nuestro viaje de compras oficialmente terminado, era hora de que la princesa regresara a sus obligaciones en el palacio."Gracias por dejarme acompañarte", murmuró Charlotte, sonriéndome al salir del baño, vestida una vez más con el precioso atuendo con el que había llegado. Maggie, que la esperaba a un lado, cogió el vestido y el sombrero prestados y se retiró para dejarlos a un lado. "Y por lidiar con mi emoción. Me... doy cuenta de que puede que hoy me haya pasado un poco"."Para nada", la tranquilicé. "Fue un cambio de aires encantador. Me encantaría ver más de 'Cora', si el tiempo me permite otra visita".Sus ojos se iluminaron, incluso cuando Maggie volvió con unas toallitas para limpiar las capas de maquillaje que llevaba. "¡Sí! Espero que más pronto que tarde". Y mientras se ocupaba frente al espejo, limpiando su base de maquillaje, una presencia se hizo presente.O mejor dicho, él mismo."¿Estamos ha
Era un movimiento inesperado, pero no indeseado en lo más mínimo. No me cansaba de sentir la maravillosa sensación de su cuerpo tan cerca del mío.Estando tan cerca, me sentí abrumada por el fresco aroma de su jabón corporal. Como a pino, a orillas de lagos limpios y a todo lo bello de la naturaleza. Su cabello oscuro y abundante, aún empapado de agua, se pegaba a su piel de la forma más atractiva, haciendo que se me secara la garganta.No debería ser posible que un alfa tan guapo y maravilloso como él estuviera tan enamorado de mí... pero aquí estaba, dándome todo lo que yo sentía que no merecía. Sin embargo, no era nada más que genuino conmigo. Yo podía admitir que tal vez no mentía acerca de sus sentimientos por mí, pero por mucho que intentara reprimirlo, una parte de mí se aferraba a la idea de que algún día se cansaría de mí.Que solo sería cuestión de tiempo que decidiera que ya había tenido suficiente y que encontraría a alguien mejor... alguien que valiera más la pena.Alg
Punto de vista de MaeveNo lo entendía. Me pasé la última hora, quizá más, leyendo un capítulo tras otro de este libro sobre el embarazo, mientras Xaden se ocupaba de un montón de papeleo y de unas cuantas llamadas telefónicas a varios dignatarios, pero nada de lo que leía guardaba similitud alguna con lo que yo estaba experimentando. El aumento de peso del feto no era nada extraño. Sin embargo, engordar casi el doble de lo que debería en el primer mes era, al parecer, un concepto extraño. Ese aumento de peso no se producía normalmente hasta mucho más avanzado el embarazo. Si me basaba en este libro, mi embarazo parecía ser una anomalía. ¿Qué significaba eso para mi bebé...? "¿Pasa algo?". El sonido repentino de su voz dirigiéndose a mí por primera vez en lo que me parecieron horas me pilló por sorpresa. "¿Qué?", pregunté, bajando el libro a mi regazo. "Llevas diez minutos con el ceño fruncido", comentó, mirándome pensativo. "¿Qué puede estar escrito en esas págin