Capitulo 34

Después del estresante viaje a Rusia, por fin habíamos llegado. De inmediato nos dirigimos al hospital donde tenían internada a mi madre. He pensado que ya que estoy aquí podría resolver los problemas que me persiguen desde tantos años y hacerme cargo de los pocos negocios que todavía poseo en este país.

Las suaves manos de mi novia entre las mías me hacían sentirme seguro de mi mismo. Su cabeza estaba recostada de mi hombro, cual bese con cariño mirándola reponerse y mirarme a los ojos

- Realmente perdóname – dije sintiéndome apenado.

- ¿Por qué dices eso? ¿Qué hiciste? – me preguntó

- Debes de estar cansada - dije acariciando su largo cabello.

- Para andar contigo nunca me canso - dijo sonriéndome a medias.

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