¡Yo la Amo!

-Pensé que me iban a dar algo mejor, dijo.

Levanté mi mirada un poco, Lily estaba a unos metros de mí con el rostro golpeado y desmayada, Molly no había despertado en todo este tiempo y sus heridas parecían no querer sanar. Me apoyé en mis codos y fijé mi mirada en Anderson, caminaba lejos de nosotros y con gran autoridad.

Nos había dado un paliza a los dos y con la bebé en brazos, ni siquiera le costó. Aunque Lily y yo les dimos el control total a nuestros lobos y en un momento nos transformamos, no pudimos vencerlo. Él había sido entrenado personalmente por Damon y le sacó provecho a su fuerza descomunal.

-Lu-Lun-nita, dije entrecortado.

Ella me volteó a ver e inclinó su cabeza ligeramente, de un pronto a otro Anderson no se podía mover.

-Qué mierda? ¿Por qué ahora pesa tanto?,

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