Un rato después, Mary regresó con malas noticias. "¡Intenté llamarla, pero no funcionó! Ella mencionó que estaba esperando varios días de juerga sin restricciones, así que ¿tal vez planea mantener su teléfono fuera de línea todo el tiempo para que nadie pueda molestarla ...? P-P-Pero ¿qué hacemos entonces?”.

Los labios de Mark temblaron cuando las emociones crudas lentamente tomaron el control de sus rasgos. “Oh, está bien… Brava, brava… ¡Pero dos pueden jugar este juego! ¡Quédate ahí! ¡Quédate ahí y no vuelvas! Puedo cuidar de mi hijo, ¡no hay problema! ¡Lo llevaré a mi empresa! Por mi parte, no creo que sea capaz de no volver a ver a su bebé durante un mes. ¡Esta vez, no voy a suplicarle que regrese!".

Mary tuvo la previsión de agacharse lo más lejos posible para salvarse. Ella podía verlo, tan claro como el día. La guerra había comenzado porque ambas partes se negaron a ceder.

Eran las ocho de la mañana. Como estaba previsto, Jackson West apareció ante la entrada principal de la