Mary suspiró. "Bien, la dejaré aquí. Si tienes ganas de comer, dímelo. Por cierto, déjame echar un vistazo al cojín en el que estás sentada. Antes de que el Señor se fuera, me pidió que lo revisara por temor a que pudieras sufrir una hemorragia...".

Arianne se sintió un poco incómoda. En tales circunstancias, no podía darse el lujo de ser tímida o avergonzada. Necesitaba permitir que los demás tuvieran el privilegio de ver su parte más íntima, dado que no podía hacer nada por sí misma. Una persona que nunca había dado a luz a un bebé nunca lo entendería. Después de dar a luz al bebé, fue puesta en un estado a voluntad de otros. Ni siquiera podía permitirse el lujo de discutir con Mark. Su salud mental tampoco era buena.

Después de mirarlo, Mary exhaló un suspiro de alivio. "Está bien y es normal. Nada mal. Ari, simplemente relaja tu mente para que te recuperes antes. Si se siente infeliz por algo, espere hasta que le den el alta del hospital antes de lidiar con eso. No te preocupes m