La respiración de Mark pareció detenerse por un segundo antes de que se tambaleara, sus labios se cerraron sobre los de ella.

Arianne le dio la bienvenida. Sus dedos cambiaron de posición y hábilmente se entrelazaron alrededor de su cuello.

Cuando sus respiraciones comenzaron a acelerarse, Mark se detuvo y la liberó de su agarre. “Sé que Tiffany todavía está esperando tu compañía, así que ve. Estoy satisfecho con esto”.

Arianne bajó la cabeza con una suave risa. “Está bien. Buenas noches”.

Ella siempre había sabido las artimañas para hacerse querer por él, o exactamente qué hacer para complacerlo. En el pasado, su objetivo era congraciarse con él. Pero ahora, estas pequeñas cosas se habían convertido en auténticos condimentos en una relación.

Después de todo, un vínculo genuino entre dos personas requería que ambas partes estuvieran complacidas y estuvieran dispuestas a practicar el cariño.

Tiffany pasó su fin de semana encerrada con Arianne en el Chalet de Tremont. Después de dí