Una vez que pensó en la indiferencia de Mark cuando lo encontró en la oficina, Arianne se sintió nerviosa. Si ella no estuviera buscando ganar dinero, no habría aceptado su pedido. No solo se había agotado toda la tarde, sino que tenía la sensación de que él lo estaba haciendo a propósito para hacerle la vida más difícil.

No mucho después, Naya regresó a la tienda después de recoger a su hija del preescolar. Recientemente era algo común. Otros podrían no discernir nada, pero Arianne podía ver a través de ella. "Naya, ¿no tienes a nadie en casa que pueda ayudarte a cuidar a la niña? No me malinterpretes, me gusta Lulu, pero creo que... es demasiado agotador para ti. ¿Nadie más puede recogerla por ti?”.

Naya sacudió la cabeza con una sonrisa amarga. "No. Mi esposo está cansado del trabajo. Es programador y siempre trabaja hasta altas horas de la noche haciendo horas extras. No puede ayudar con nuestra hija, no tiene el tiempo para hacerlo. En cuanto a los abuelos… me casé lejos de mi c