Después del baile de remolino que tuvo entre las sábanas, Arianne regresó al abrazo de la cama que acababa de dejar no hace mucho. Ella se estremecía al ver cada acción de Mark. No era una buena idea hacerlo tan temprano en la mañana... ¿Verdad?

No había mucha estimulación previa. O más bien, él no tenía mucho tiempo para eso, por lo que la estimulación previa fue eliminada de la imagen. Ella quería rechazarlo, pero tenía mucho miedo de hacerlo. Su cuerpo entero permaneció en un estado frígido.

Su mirada confusa notó cómo la mitad superior de su ropa permanecía aparentemente prístina. Desde su ángulo, lo más que ella podía ver era su barbilla, su silueta perfecta y el aroma fresco y energizante de su loción para después del afeitado. Su visión, ya no sobria ni tranquila, ahora la miraba fijamente, enviando una onda explosiva de palpitaciones por todo su cuerpo...

Media hora después, él abandonó el Chalet de Tremont como una ráfaga de viento. Ella todavía no había recuperado sus sent