Si. Era una idiota, porque los Tremont mataron a su padre y la dejaron huérfana, sin parientes ni apoyo, pero aun asi ella se enamoró de Mark, el sucesor de la familia. Ella había pensado que mientras él estuviera a su lado, ella siempre estaría bien y, sin embargo, resultó que él había ayudado a Shelly a esconder un terrible y crítico secreto.

Fue una afrenta directa a su cara. Era la señal más clara de que ella era, sin duda, la idiota más grande del mundo...

"Ella no es mi tía... ¡Ella es mi madre!".

Arianne se quedó sorprendida. Su repentina confesión había provocado un impacto sísmico que la congeló como una estatua por un segundo.

Luego, ella gritó: "¡¿Q-qué acabas de decir?!".

Mark le contó todo lo que Shelly le había contado ese día. Era tan difícil que tuvo que obligarse a sí mismo a decirlo, la única historia que nunca planeó contarle a nadie.

Con esta nueva información expuesta, Arianne revisó cada detalle del comportamiento y la acción de Shelly en los últimos meses.