Tiffany resistió el impulso de replicar. “Gracias por su recordatorio, jefe. Tomaré nota de eso”.

Jackson en realidad no era mucho mayor que ella, sin embargo, se estaba dando aires frente a ella. Ella realmente no podía soportar la forma en que él la trataba con condescendencia.

Tiffany dejó escapar un largo suspiro de alivio cuando llegaron al hospital. Se aferró al último rastro de su cordura para sonreír y despedirse de Jackson.

Cuando entró en la sala de Arianne, se sorprendió al ver lo débil que estaba ella. Su rostro estaba extrañamente pálido, e incluso sus labios generalmente rojos estaban tan pálidos como su rostro. “Ari, ¿qué pasó?”

Arianne se incorporó y forzó una sonrisa. “Siéntate primero... déjame ponerme cómoda...”

Tiffany ayudó a Arianne a sentarse. Estaba furiosa cuando se enteró de toda la historia. “¡Esa Aery Kinsey es una perra! ¡Ella está tratando de matarte! Espero que el karma la castigue por las cosas que ha hecho. No te preocupes, Ari, hay cámaras de vigi