Cuando Robin bajó, vio que Camilla estaba acostada en el sofá en pijama mientras miraba la televisión. Aunque su cabello estaba bastante desordenado, todavía se veía muy atractiva. Camilla se veía naturalmente hermosa gracias a su sangre mestiza; con su cabello brillante y de aspecto saludable, ni siquiera necesitaba maquillarse y ya era impecablemente hermosa. Robin no pudo reunir la fuerza suficiente para siquiera saludarla. Sin embargo, justo cuando estaba a punto de salir por la puerta, Camilla la llamó y la detuvo. “¿Te vas así? ¿No tienes miedo de que pueda pasar algo entre tu novio y yo después de que te hayas ido?”.

Robin se estremeció de ira. “¡T-tú…! ¡Él no es ese tipo de persona! Yo confío en él”.

Camilla se burló de ella y le dijo: “¿De verdad eres tan ingenua como para creer que los hombres pueden controlarse a sí mismos y restringir la parte inferior de sus cuerpos? No hay un hombre que sea capaz de contenerse frente a una mujer bonita, así que será mejor que tengas cui