“Mark ya no volverá, ¿verdad? Eres el único con el derecho a administrar la Empresas Tremont. Smore es demasiado joven. ¿Una mujer como yo no podré hacerlo?" dijo con una mirada seria en su rostro.

Alejandro recordó la pesadilla. La frialdad habitual en sus ojos se desvaneció. "Puedes hacerlo. Has estado con él durante tanto tiempo, eres lo suficientemente capaz y tienes más derechos que nadie hasta que Smore tenga la edad suficiente. No tocaré la Empresas Tremont. Ya no soy Ethan Connor, y menos soy Martin Tremont. Soy Alejandro Smith. Si estás aquí para preguntarme esto, no hay nada más que decir. No aceptaré. Puede que te parezca difícil al principio, pero yo te ayudaré. Simplemente dilo cuando necesites más. Le debo a Mark. Le debo una vida..."

"¿No querías reemplazarlo?" Preguntó Arianne. “La oportunidad está justo frente a ti ahora, entonces, ¿por qué no la aprovechas? Es completamente legal. Nadie se opondrá a ello. Me estás sobreestimando. No sé si puedo encargarme de la Empr