El corazón de Arianne explotó de ternura. Finalmente entendía por qué Mark quería una hija. La alegría de tener una hija era completamente diferente a la de tener un hijo.

“Pumpkin, ¿a dónde te fuiste? Regresa con papi".

Arianne se puso rígida. Se volvió hacia un lado y se encontró con la mirada de asombro de Will Sivan. Todo había cambiado con el tiempo, pero ellos seguían viéndose igual, salvo por una sensación de madurez a lo largo de los años.

Ella saltó de miedo cuando escuchó su voz. Ella pensaba que su voz sonaba más como la de un extraño. Ella no esperaba tal coincidencia...

"¿Cuando...cuando volviste?". Ella se levantó y preguntó con calma después de una breve pausa.

Will respiró hondo, avanzó y levantó a la niña. “Acabo de llegar hace unos días. Estoy aquí para visitar a familiares. No me quedaré mucho tiempo. Qué coincidencia... Nunca pensé que me encontraría contigo aquí. ¿Estás aquí para comprar cosas para bebé? Regresé apresuradamente, así que no pude contactarte ni