Arianne llevó a Aristotle a bañarse después de un breve descanso. Mary era mayor, por lo que Arianne se ocuparía de las necesidades de Aristotle cada vez que ella estuviera en casa. Estaba exhausta pero feliz de hacerlo. La infancia solo sucedía una vez, y era fugaz. No quería perderse el crecimiento de Aristotle.

Afuera caía mucha nieve, pero la casa estaba lo suficientemente cálida. Después de un rato agotador en el baño, Arianne salió, empapada en sudor. Sin embargo, la apariencia del Aristotle con olor fresco le dio una sensación de plenitud. Llevó a Aristotle de regreso a la habitación, lo vistió y lo puso en su cuna. “Mami se va a bañar. Diviértete con papi, ¿de acuerdo?”.

Aristotle le sonrió mientras se comía los dedos. Ella le devolvió la sonrisa.

Mark se acercó a la cuna y miró a Aristotle. “¿Quieres que te trate como Jackson trata a Tiffany?”, le preguntó a ella.

Arianne se sorprendió. Luego, ella respondió con seriedad: “Lo quiero y no lo quiero. A las mujeres les gusta