Cuando salieron de la oficina de asuntos civiles después de recoger su certificado de matrimonio, Tiffany guardó con mucho cuidado el folleto rojo en su bolso. “Qué buen día hoy. ¿Vamos a almorzar en algún lugar agradable?”.

Jackson se frotó la oreja, que todavía le dolía. "Claro, mientras estés feliz, haremos lo que quieras...".

Ella lo fulminó con la mirada. "¿Qué quieres decir con mientras sea feliz? ¿Eso significa que no te gusta comer conmigo? Te lo digo ahora, Jackson West, no pongas tu cara frente a mí constantemente. Si no estás contento con algo, dilo. ¡No hagas que parezca que siempre te estoy forzando! Si mi hija resulta ser fea es por todas las veces que me has tenido mirando tu rostro sombrío, ¡te culpare por eso!".

Jackson no se atrevió a desatender sus advertencias e inmediatamente la subió al coche. "Está bien, está bien, estoy sonriendo ahora, ¿de acuerdo? Vamos a comer lo que quieras para el almuerzo. No soy infeliz. Pasar tiempo contigo es lo mejor que me puede pa