Miro la puerta por donde se fue Mike, me levanto pero soy detenido por Agatha quien me toma de la mano, la miro y niega aun sonrojada.
— Tranquilo, dudo que haya visto mucho — el solo escuchar me hierve la sangre y me suelto para salir de la habitación — ¡Aslan, no lo vayas a matar! — grita desde la habitación, Mike me mira esperando algún paso.
— ¿Qué tanto viste? — pregunto molesto, traga saliva — Responde, Mike — niega, lo miro con más intensidad notando que empieza a sudar.
— Aslan, regresa a la habitación ahora mismo — ordena con superioridad Agatha, no me muevo de mi lugar — Aslan Vilmez… — aprieto los dientes.
— ¡Bien! — camino de regreso a la habitación pero si antes mirar a Mike — Tenemos una charla pendiente… — la pelirroja niega.
— Deja de comportarte como
Escucho hablar a personas, me quejo por el ruido, intento levantarme pero no puedo, abro mis ojos acostumbrándome a la luz, veo que estoy en mi cuarto por el techo, volteo mi cabeza a la puerta viendo a Agatha hablar con Mike y Doña Marta, los tres me miran, alguien me pone algo mojado en mi frente y miro que es Lou.— ¿Qué me sucedió? — pregunto esperando cualquier cosa, siento el cuerpo caliente de la cabeza a los pies, la cabeza me da vuelta.— Te desmayaste en el despacho, tienes la fiebre casi en 40, si sigues subiendo te llevaremos a un hospital te guste o no — regaña Mike, ruedo los ojos, Agatha se acerca.— Llevas un dio sin despertar, Aslan — explica tomando el trapo mojado con agua helada para pasarla por mi frente — Nos tenías preocupados — me intento levantar pero no me deja, me suelto de su agarre y me siento por completo — Aslan, acuéstate
Lo miro con una sonrisa llena de picardía, lo tomo de su camisa para llevarlo hacia la cama en la que le hago que se siente. Me colocó encima de él con mis piernas a los lados de su regazo, puedo notar como Aslan me mira con deseo. Me inclino hacia sus labios los cuales comienzo a besar con lentitud, Aslan sin poder evitarlo comienza a subir la intensidad de nuestro beso, sonrió en el medio del beso para luego comenzar a mover mis caderas intentando sentir su intimidad junto con la mía.Sus manos se colocan en mis glúteos subiendo el vestido y tocando mi piel expuesta la cual aprieta moviéndolos contra su intimidad la cual ya estaba creciendo con los movimientos que hacía, Aslan mete su lengua dentro de mi boca y juego con ella como si fuera su miembro simulando embestidas en la cual me muerde ligeramente el labio.— Arrodíllate. — Me ordena con voz ronca separá
Podía ver como el sol se ocultaba entre las montañas que se podían observar a lo lejos dejando así un hermoso atardecer que era digno de admirar y plantar en una hermosa fotografía, por lo cual era lo que estaba haciendo, entre mis manos se encontraba mi cámara la cual no dejaba de tirar fotos hacia el atardecer, tenía uno de mis colores favoritos que era el rosa, en las nubes se veían hermosos.Al bajar la cámara pude notar entre mis manos el anillo de promesa que me había dado Aslan, mis mejillas se tiñen levemente al recordar que él también poseía el mismo. Pero también recuerdo el hecho que me tendré que ir en un mes, ¿Él estaría dispuesto a esperarme?... Sabía que lo haría, pero esa no era la única pregunta que se presentaba en mi mente, también tenía muchas más. Si llegaba a mi hogar
El escucharla decirme que es mía me calienta el corazón, estaba por hacerla mía en el sofá cuando de repente entra Lou, lo miro y me da una mirada con una seña indicándome que es urgente.— Ve a nuestra habitación, tengo una cosa que resolver — se levanta y sale junto con Lou quien la escolta, salgo de la sala de estar una de 3 que tiene la mansión. Lou aparece y abre la puerta dejando pasar a Sarah, respiro profundo antes de pensar en que tengo que hacer con esta rubia de cuerpo tieso aunque parezca de modelo.— Querido, ¿Por qué siento que ocultas algo? — sonrío falsamente.— ¿Te volvió a mandar tu padre? Vaya que parece que las amenazas son sus favoritas — camino a la sala principal donde no hay televisor y es más grande que la anterior, me siento en un sofá mientras ella se sienta frente a mí cruzando sus largas
Regreso a la habitación después de mandar al detective, suspiro entrando a la habitación viendo dormir a Agatha sin saber cómo explicarle que no maté del todo al detective Derek, cierro la puerta y me acuesto a su lado abrazado su espalda.Lunes. Entro a la sala donde hay un televisor veo a Agatha mirar la cara de Derek en la pantalla, luego me mira, trago saliva.— Me mentiste… — se levanta del sofá caminando hacia a mí — Pensé que lo habías matado, me hiciste sentir culpable — me acerco a ella.— ¿Acaso te gusta? — pregunto comenzando a enojarme — Porque veo como lo miras… — su cara palidece un poco y empiezo a arrepentirme de no haberlo matado como debía.— Señor… — me separo de Agatha y miro a Lou quien me da la señal de siempre indicando que alguien de los
Sabía que Aslan podía ser un hombre complicado, pero nuevamente me alejaba de él y eso solo me dolía. Sentía un mal presentimiento dentro de mi que no lo podía quitar, ¿Podía ser por qué me había enterado que no había matado a Derek?… ¿Quién era verdaderamente Sarah?… ¿Por qué me alejaba de él?…Tantas preguntas tenías y sabía que solo me respondería la mitad de ellas, ¿Cuántas veces no lo escuché decirme que me contaría de su pasado?… Había perdido la cuenta, mejor dicho, con sus detalles tan románticos hacia que me volviera de muchos detalles que me tenía que contar.Observó nuevamente el camino que era para el pueblo, sabía que con solo dos viejas no me lo iba aprender, pero de todas maneras me gustaba mirarlo porque tenía muchos paisajes.
Una semana después…Ya me había despedido de todos y me habían dado algunos regalos para llevar, cosa que agradecía un montón, desde mi ida al ginecólogo Nana había estado un tanto extraña... ¿Un poco intensa o alegre? No lo sabía con exactitud, pero me contagiaba esa alegría que me estaba dando sacándome varias risas, había aprendido solo un poco de turco con ellos, cosa que me alegra porque así podía hablar en el idioma de Aslan.Me monto en la camioneta la cual conduciría Diego, nuevamente me despido con la mano de la gente del pueblo mientras que Diego comienza a conducir luego de que había cerrado la puerta. Marta también me miraba cómplice cosa que no entendía nada, pero lo dejaba pasar ya que lo único que tenía en mi mente en ese momento era Aslan.&nbs
Cuando apenas entre al castillo todo se salió de mis manos, cuando debía ser una reunión en son de paz término siendo una guerra entre dos mafias, supongamos que ninguno de los dos bandos estaban de acuerdo con las reglas sugeridas y como no hay paciencia con los italianos fueron los primeros en disparar.Abro mis ojos y veo a Agatha entrar con la mirada baja, no puedo moverme mucho por las heridas en el cuerpo, sigo sin creer que esté vivo a este punto de mi vida, solo ha pasado una semana desde el pequeño accidente.— Agatha… — alzo mi mano pero no la toma, frunzo el ceño, intento sentarme pero la pelirroja me mira y se acerca para que no me sienta es ahí que noto su mejilla roja — ¿Quién te hizo esto? — pregunto comenzando a cabrearme, veo que traga saliva y no piensa hablar — ¡Mike! — llamo.— Aslan… — me siento sin import