Casualmente, el Señor Anderson estaba abajo hablando con alguien.

Cuando vio que Nicole bajaba las escaleras, la saludó rápidamente.

“¡Señorita, venga a comer!”.

Nicole sonrió. “No comeré. Todavía tengo trabajo que hacer en la oficina”.

Floyd entró con un balde y parecía que acababa de regresar de pescar.

“No te preocupes por la oficina. Ve después de comer. De todos modos, ya estás tarde y tu hermano ya me había llamado”.

Nicole abrió la boca culpablemente y se rascó la cabeza.

“Bueno… Él no puede culparme. Mi teléfono se quedó sin batería anoche y nadie me despertó esta mañana”.

El mayordomo sonrió.

“El Presidente no quería que la despertáramos. Trabajó muy duro ayer y el Joven Amo Mayor regresó temprano anoche. ¿Cómo iba a entender su arduo trabajo?”.

Nicole se perdonó de inmediato cuando escuchó las palabras del mayordomo.

"¡Tienes razón!".

Al ver que la mesa del comedor estaba llena de su comida favorita, Nicole no tenía prisa por irse. Ella dejó su bolso a un lado y s