Lance se acercó y se sentó junto a Yvette. Extendió su mano y le tocó la cara, la cual estaba cálida y era delicada como la piel de un bebé. En ese momento, sus mejillas estaban sonrojadas por el alcohol.

El rostro dormido de Yvette se veía tan inofensivo e inocente.

Cuando Lance la vio, toda la ira que había acumulado se calmó.

Lance nunca antes había imaginado que él estaría tan apegado a una mujer.

Él solía ​​pensar que el matrimonio era solo un negocio. Los sentimientos eran opcionales y todo lo que necesitaban era respeto mutuo.

En ese entonces, Lance nunca esperó enamorarse de su esposa.

Sin embargo, la aparición de Yvette alteró sus planes.

Yvette era como una variable incontrolable que estaba enloqueciendo su vida, pero ella era indispensable.

Ella traía calidez a su vida, la cual era originalmente estricta y aburrida, y él estaba completamente inmerso en esa calidez.

Lance pensó: ‘Estuve tan cerca de perder a Yvette... Que bueno que regresó’.

Él la miró por un buen r