El cerebro de Nicole daba vueltas extremadamente rápido, pero su cuerpo estaba tan cansado por haber caminado por tanto tiempo que apenas podía abrir los párpados.

Ella no sabía con qué la habían drogado, pero los efectos secundarios eran demasiado fuertes.

Nicole simplemente no podía resistirse a la somnolencia, el agotamiento y el dolor.

Sin darse cuenta, se quedó dormida en el coche.

El hombre junto a ella abrió los ojos en alerta. El conductor de al frente se encontró con su mirada aguda desde el espejo retrovisor.

Los dos intercambiaron una mirada mientras el coche se alejaba en otra dirección.

Al cabo de un tiempo desconocido, Nicole se despertó por el camino lleno de baches.

Nicole abrió los ojos de golpe. Realmente esperaba que esto fuera un sueño.

Por desgracia, no lo era.

El camino estaba lleno de baches, rodeado de bosques enormes y malezas altas que eran tan altas como la mitad de un humano.

No había edificios de gran altura ni tráfico congestionado hasta donde al