La reacción de la Corporación Sloan fue equivalente a echar sal en las heridas del grupo de accionistas que estaba a punto de irse a la quiebra.

Como resultado, la reputación de la Corporación Sloan se desplomó de inmediato hasta el punto de ser repudiada por todos.

Cuando Quavon regresó, se encontró con este gran problema. Casi se muere de la ira.

Clayton miró el último informe de progreso, resopló suavemente y lo arrojó sobre el escritorio con una expresión indiferente.

“Les di una oportunidad. Si hubieran dado el dinero a tiempo y hubieran tenido mejores modales, no habría llegado a este punto”.

Todo el mundo sabía que se trataba de los accionistas que se revolcaban en el mercado de valores durante todo el año. Ellos no tenían una ocupación y dependían de las subidas y bajadas del mercado para ganar dinero.

Tratar de quitarles una capa de la piel era demasiado difícil.

Sin embargo, la Corporación Sloan no solo hizo eso, sino que también mordió con fuerza esa capa de piel y la