La mujer, Haidi, la madrastra de Hendrik, miró fijamente a Hendrik, llena de un odio profundo.

"¡Llevas cuatro días encerrada, piensas que podrás obtener pruebas para incriminarme, huh! ¡En tus sueños! ¡El niño que crié con mis propias manos, después de crecer se ha convertido en un psicópata que quiere matarme, no tiene gratitud!" gruñó Haidi con sarcasmo y odio.

Hendrik, con calma, no se dejó llevar por las emociones al escuchar lo que Haidi decía.

Aunque su corazón estaba lleno de emociones, quería hacer que Haidi sintiera dolor, como ella le había hecho a su madre.

Elan le entregó el archivo de los resultados del informe sobre Haidi y otros archivos sobre los movimientos de Haidi.

Los crímenes que cometió Haidi, cuando ordenó sabotear el auto del padre de Hendrik, durante el incidente de hace veintidós años.

Realmente desgarrador, en ese momento nadie sospechó nada y todos creyeron que fue un simple accidente de tráfico.

Haidi, como la principal instigadora, también hizo el papel