Las siguientes semanas en el castillo fueron tensas. La presencia de Isabella era como una sombra constante que amenazaba con desestabilizar la frágil paz que se había logrado mantener. Ella solía ser un gran soldado, hasta que se convirtió en doble agente ,llevando información a los humanos y viceversa.No quería jugársela por un solo bando y por eso jugó a dos puntas, sin embargo al final decidió ser incondicional con los de su especie, porque su familia influyente se lo exigió, a cambio el Rey Kyllian no la condenaría a muerte por traición.Su familia de las más antiguas del imperio era la garantía de que ella jamás volvería a vender información a los humanos, ni conspirar contra el Rey.Sasha no podía evitar sentirse inquieta cada vez que veía a la vampira, que siempre tenía una sonrisa enigmática en los labios.Dante y Sasha mantenían su acuerdo de mantenerse informados mutuamente. Aunque su relación seguía siendo complicada, había un nivel de entendimiento que antes no existía.
El castillo estaba sumido en una atmósfera tensa y silenciosa después de la frenética búsqueda de Isabella. Los guardias finalmente la habían encontrado en un ala remota del castillo, su cuerpo sin vida yaciendo en el suelo de piedra fría. El rey vampiro, al enterarse de su muerte, permaneció en silencio durante un largo momento, su mirada fija en el cadáver de la que una vez fue una aliada y ahora y para siempre una traidora.—Que su cuerpo sea retirado y sepultado lejos del castillo —ordenó el rey con voz grave, dirigiéndose a sus guardias. Luego se volvió hacia Dante, que había sido llevado a la escena a pesar de sus heridas.Dante, aunque visiblemente afectado por la visión de Isabella muerta, mantuvo la compostura. Había demasiada historia entre ellos, y su muerte cerraba un capítulo doloroso pero necesario. El rey lo miró con comprensión y luego se volvió hacia Sasha, que estaba a su lado, mostrando una notable fortaleza.—Dante, has hecho más de lo que se te puede pedir. Es hor
El rey vampiro Kyllian y la reina híbrida Gema observaban al intruso con desconfianza. El hombre había sido sorprendido intentando colarse en la boda real, un evento de gran importancia y seguridad en el reino. Sus ropas, desgastadas y sucias, contrastaban con la opulencia del palacio, y su mirada, aunque cansada, tenía un brillo de determinación.Se le había despojado de su ropa lujosa para hacerlo sentir como realmente un prisionero."¿Quién eres y qué haces aquí?", demandó Kyllian, su voz fría como el hielo. Sus ojos rojos resplandecían con una furia contenida, mientras mantenía una postura imponente, casi amenazante.El intruso levantó la mirada, encontrándose con los ojos de Gema. "Soy tu padre ", dijo, y sus palabras cayeron como una bomba en la sala.Gema sintió que el mundo se detenía por un instante. Su corazón híbrido, mitad humano y mitad vampiro, latía con fuerza. No había conocido a sus padres biológicos; había sido criada por una familia adoptiva, y este hombre, de repen
“¿Estás lista, mi amor?” preguntó Kyllian, tomando la mano de Gema con una ternura que contrastaba con su apariencia severa.Gema asintió, sus ojos brillando con una mezcla de emoción y nerviosismo. “Sí, Kyllian. Vamos a descubrir lo que sucede”.El viaje hacia el consultorio del doctor Nate no fue largo, pero cada momento parecía estirarse interminablemente. El doctor Nate era un antiguo amigo de la familia, un hombre de ciencia y magia que había dedicado su vida al estudio de las criaturas sobrenaturales. Su conocimiento era vasto y su discreción inigualable, cualidades que lo convertían en el médico ideal para la realeza vampírica,sobre todo para este tipo de embarazos inusuales.Al llegar, fueron recibidos por Nate, un hombre de mediana edad con ojos sagaces y una sonrisa tranquilizadora. “Rey Kyllian, Reina Gema, es un honor verlos”, dijo, inclinándose ligeramente en señal de respeto. “Por favor, acompáñenme”.El consultorio del doctor Nate estaba lleno de instrumentos médicos t
### El Banquete Nocturno: Celebración en el Imperio Vampírico####La luna llena brillaba intensamente en el cielo nocturno, bañando el imponente castillo del imperio vampírico en un resplandor plateado. Las sombras se alargaban misteriosamente, y los habitantes del reino se preparaban con entusiasmo para una de las celebraciones más esperadas en siglos: el anuncio del embarazo de la Reina híbrida Gema, esposa del Rey vampiro Kyllian. Esta noticia no solo era motivo de alegría para la pareja real, sino también para todos los súbditos que veían en el futuro nacimiento una promesa de prosperidad y poder.El gran salón del castillo, donde se realizaría el banquete, había sido decorado con un lujo inusual incluso para los estándares vampíricos. Candelabros de plata con velas de cera negra colgaban del techo, lanzando sombras danzantes sobre las paredes de piedra antigua. Las mesas, dispuestas en un majestuoso semicírculo, estaban cubiertas con manteles de terciopelo rojo profundo y adornad
En el corazón del imperio, la noche estaba en pleno apogeo. Las calles estaban vivas con el murmullo de la gente, el sonido de las ruedas de los carros sobre el empedrado, y el ocasional tintineo de copas de vino. Los soldados reales habían decidido llevar al rey vampiro Kyllian a celebrar una ocasión muy especial: el futuro nacimiento de su hijo con la Reina híbrida Gema. El grupo, compuesto por Kyllian, Dante, su mano derecha; Simón, conocido por su inteligencia; Blas, un soldado de corazón bondadoso; y Orlock, un vampiro que luchaba por cambiar su odio hacia los humanos, se dirigió a un bar distinguido del imperio.El bar, La Rosa Negra, era famoso por su ambiente exclusivo y sus bebidas excepcionales. Su fachada, adornada con elegantes enredaderas y faroles, prometía una velada memorable. Al cruzar el umbral, fueron recibidos por una atmósfera cálida y sofisticada. El murmullo de conversaciones refinadas y el suave sonido de un piano al fondo completaban la escena.El rey Kyllian
Sasha caminaba nerviosa por los pasillos del castillo, su mente ocupada con un torbellino de pensamientos y sentimientos que no lograba ordenar. Había llegado el momento de hablar con Gema, la reina híbrida, y confesarle algo que había estado guardando en su corazón durante demasiado tiempo. Había intentado comprenderlo por su cuenta, pero ahora necesitaba la guía y el apoyo de alguien que pudiera comprender su dilema.Finalmente, encontró a Gema en los jardines, sentada bajo un árbol frondoso, disfrutando de la tranquilidad del atardecer. El ambiente era sereno, pero el corazón de Sasha latía con fuerza. Se acercó lentamente, intentando mantener la calma."Gema," dijo con voz temblorosa. "¿Puedo hablar contigo? Es algo importante."Gema levantó la vista, notando la expresión preocupada en el rostro de Sasha. "Por supuesto, Sasha. Siéntate conmigo. ¿Qué sucede?"Sasha se sentó junto a Gema, tomando un momento para reunir sus pensamientos antes de comenzar. "Hay algo que necesito decir
—¡CARIÑO!— dijo Gema mientras se cambiaba a su camisón, este último tiempo se sentía más cómoda con una tela más liviana de lo habitual, su vientre crecía cada vez más y temía que ya no le pudiera entrar ninguna de sus ropas.Kyllian entraba a la habitación después de un día muy ocupado, se habían realizado demasiadas reuniones ya que después de tanto tiempo se haría una reunión cumbre con el líder de los humanos para intentar reestablecer la paz, no quería que su futuro hija o hijo naciera en un mundo lleno de guerras, quería regalarle una armonía entre especies que había iniciado con el hecho de haber encontrado su compañera de vida, su madre.—Mi reina, no sabes lo que te he extrañado—dijo el vampiro,apresando a su mujer entre las sábanas pero sin lastimarla ya que su embarazo era muy avanzado.-ha sido una tortura este día.—Sabes lo que quiero Kyllian, te he extrañado tanto.—dijo casi ronroneando.—ese camisón es casi trasparente amor mío—sus manos acariciaron sus pechos ,hasta