Los gritos hacen retumbar las paredes del palacio, la ceremonia aún no termina pero desde los enormes ventanales los enormes rayos anuncian una tormenta de pelicula.

—¿Como pudiste hacerle creer eso?—el rey no se contiene, aunque confía en los suyos por todo lo trascurrido, no cree que haya sido la mejor decisión de Dante.

—Lo lamento su majestad, no debí inmiscuirme, aceptaré el castigo.— los labios del guerrero se juntan he intenta callar, era más fácil cuando estaba en batalla, allí los golpes y las espadas no buscaban las palabras exactas.

—¿El motivo de todo esto? Al menos defiendete...— Indaga Kyllian, tan enojado como decepcionado.

—Usted lo necesitaba...y el pueblo también —dice sin dudar el soldado.—ahora sabe que ella lo ama, es capaz de morir por usted, y aunque todavía no lo decifra del todo sería capaz de gobernar este reino, no dudo en decir, que es la legítima Reina que esperábamos....a pesar..

—¿A pesar de qué?— el rey se levanta de su escritorio y clava sus ojos en e