—Lo estaba deseando —la suave voz de Ashley se filtró a través del teléfono mientras Ángela respiraba profundamente y cerraba los ojos por un breve segundo. Siempre fue más difícil para ella romper así las expectativas de su madre adoptiva.—Lo siento, mamá. Estaba ocupada con los próximos exámenes.—Lo sé, pero todos estaban allí excepto tú. Te extrañamos mucho. Quiero abrazarte; sabes que todos te amamos mucho.—Por supuesto, mamá. Los amo más a todos. No se preocupen, les haré una visita sorpresa tan pronto como termine mis exámenes. Cuídense.—Tú también, Ángela. Vuelve a casa pronto —escucho a su hermana Katrina gritar al fondo.Ángela arrojó su teléfono sobre la cama junto a ella y suspiró mirando al techo.Eso fue duro.Ángela también quería volver a casa, aunque fuera por un ratito, pero no podía por culpa de alguien a quien detesta con todas sus fuerzas.Luca Perez.Todavía recordaba esa noche lo más vívidamente posible a pesar de todos sus esfuerzos por olvidarla. Pasaron lo
'¿Estás bien?' Ella frunció el ceño ante su mensaje de texto.'Estoy fantástica. ¿Por qué preguntas? ¿Todo bien?''Voy a ir allí para llevarte de regreso a casa. Hay una situación.'Sus ojos se entrecerraron ante el texto y su corazón dio un vuelco.'No.' Justo cuando envió el mensaje de texto, su teléfono sonó en silencio.Inhalando profundamente, respondió a la llamada.—¿Qué ocurre? —ella preguntó.—Iré allí en unos días. Quiero que tengas cuidado y te quedes en casa por un tiempo. Te llevaré de regreso a casa —dijo Rasmus, su voz era tranquila, pero el indicio de preocupación era evidente.—No volveré y tú lo sabes.—No discutas, Ángela. Es un asunto serio-—¿Cuéntame que es eso?—Quédate en casa y tengan cuidado. Hablaremos una vez que llegue allí.—Rasmus-Cortó la llamada mientras ella fruncía el ceño a su teléfono.Cambiándose de ropa, corrió hacia su gimnasio. Ella todavía entrena todos los días para mantenerse fuerte. Después del gimnasio, regresó a casa.Al salir de la duch
Pasado. Hace 5 años... —Estoy cansada. Déjame respirar por el amor de Dios. —Ángela se tumbó en el suelo mirando el cielo que se estaba bañando en un tono naranja de glorioso atardecer. —Estás holgazaneando —dijo Kevin, con las manos apoyadas en las caderas mientras la miraba fijamente. —¡Piérdete! —ella gruñó, girándose para que su rostro quedara enterrado en sus brazos mientras estaba de espaldas a él. —Estás todo magullada y no le has dado ni un solo golpe a Nolan —señaló Kevin. Ángela se enderezó mientras lo miraba fijamente. —Míralo a él y luego a mí. Es un maldito gorila que es ridículamente rápido. Sólo estoy entrenando durante tres semanas. ¿Qué esperas de mí? Juro por Dios que me haces hervir la sangre —ella apretó los dientes, enojada con él. Le dolía todo el cuerpo y sentía que iba a morir en cualquier momento. —Debieras tomarte un descanso por hoy —dijo Nolan. Kevin lo desaprobó. Ángela le dio una patada en la parte posterior de la pierna, lo que le hizo caer de r
Presente... —Sube al auto —su voz tenía una calidad ronca y contundente, una autoridad que se desangra con cada palabra. —¿Q... qué? —ella tartamudeó, estupefacta. Ángela no sabía cómo funcionar. Esto era lo último que esperaba que sucediera después de lo mucho que intentaba no volver a verlo nunca más. —¿Has perdido la audición? La sorpresa disminuyó lentamente y entrecerró los ojos hacia él. Su tono era el mismo de siempre, enojándola. —Todavía no, pero me estás haciendo sangrar los oídos —replicó bruscamente. Fue sutil pero sus ojos se oscurecieron, había un ligero tic en su mandíbula además de que parecía imperturbable. Se preguntó cómo sabía él que ella estaba allí, pero recordó lo fácil que le resultó localizarla. Luca dio un paso adelante cuando una mano agarró su chaqueta y la empujó detrás de Milo, que ahora estaba entre Ángela y Luca. Julián también acudió en su ayuda. —La golpeaste deliberadamente con tu auto —Milo retumbó. Luca ni siquiera estaba mirando a Milo.
—¿Q... qué? —Sólo me aseguro de que estás viva —su voz profunda se infiltró en la puerta y luego escuchó sus pasos alejarse. Angela se metió bajo la ducha y se quedó dentro de su habitación. Ella solo salió una vez que se aseguró de que él había dormido. Ella entró en la cocina y descubrió que ya no tenía cena y él incluso lavó los platos sin dejar rastro de que se había comido la comida. Ángela reflexionó. La necesidad de golpear su puerta y exigirle que le devolviera la comida era tentadora, pero decidió no hacerlo. Era mejor mantenerse a kilómetros de él. No era muy buena cocinera, pero tenía hambre y ya era demasiado tarde para pedir comida. Comprobó lo que tenía y se preparó un sándwich. Tomando un refresco del refrigerador, encendió una vela aromática y se sentó en el taburete del bar en el mostrador de la isla. Ángela dio un mordisco disfrutando de su comida. Estaba tan ahogada en su comida que no se dio cuenta de que alguien se apoyaba en el marco de la puerta y la obse
Hace 5 años...A Ángela le dolía todo el cuerpo mientras estaba sola en el clima frío en el campo de entrenamiento. El cielo todavía estaba oscuro. Ni siquiera podía dormir bien por culpa de ese maldito hombre.Solía tomarse un dia libre del entrenamiento si le dolía tanto el cuerpo debido al último combate, pero hoy no podía hacerlo debido al imbécil de su entrenador. ¿Qué pensaba de sí mismo? Sólo porque era enorme y tenía una fuerza colosal, esperaba que ella fuera igual a él.Ella era joven y todavía hacia lo mejor que podía. ¿Qué esperaba?Ángela cambió su peso de un pie a otro. La brisa fresca pasó por su cabello mientras respiraba lentamente frotándose los brazos. Gracias a Dios, llevaba una sudadera con capucha, de lo contrario ya habría muerto congelada.Miró la hora y eran las 5:15. Él llegó tarde. Su audacia al ordenarle que llegara a tiempo y ni siquiera se molestó en llegar a tiempo.Anoche, después de atender sus heridas, llamó a Rasmus y peleó con él. Ella se quejó de p
Presente... —Entonces, ¿eres su guardaespaldas? Angela escuchó la voz de Daphne mientras bajaba las escaleras. —Más o menos. Preferiría no llamarme su guardaespaldas, pero desafortunadamente lo soy por ahora —su voz profunda sonaba áspera y espesa, como si acabara de despertar. Angela redujo la velocidad de su descenso por las escaleras para poder escuchar más la conversación. —¿Eres tú su familia? —pregunto Daphne. No era culpa de Daphne que hiciera tantas preguntas. Esa mujer tiene un carácter curioso y siempre entrevistaba a todos los amigos de Angela para asegurarse de que la niña estuviera rodeada de buena gente. Y Daphne tiene excelentes habilidades de observación. A menudo lee a la gente como un libro abierto. —No estamos relacionados con sangre, pero crecimos juntos en el mismo lugar. —¿Cuántos años tienes, joven? —Cumpliré 30 años en unos dos meses. —Oh, debes pensar en Angela como si fuera tu hermana pequeña —Dafne sonrió. Angela asomo la cabeza y vio cómo Luca fr
—Angela-—Hazte a un lado. Voy al gimnasio.—Puedes hacer ejercicio en casa durante un par de días —hablo. Luca es quien más odia que le falten el respeto. Nadie nunca lo había interrumpido a mitad de una frase, pero Angela parecía estar enamorada de hacerlo.—Hazte a un lado. Eres bienvenido a ser mi guardaespaldas y acompañarme. No me quedare sentada en casa porque algún idiota estuviera enviando amenazas a Rasmus —dijo bruscamente y se acercó,Luca hizo acopio de paciencia y silenciosamente se hizo a un lado mientras apretaba sus muelas para reprimir la ira que ella extraía de el.Angela corrió hacia el gimnasio con Luca justo detrás de ella. Su concentración era nítida y se aseguró de observar su entorno como un halcón.El gimnasio no estaba completamente lleno cuando la vio comenzar con el calentamiento. La notó diciéndole al gerente que Luca era su guardaespaldas. Le permitieron estar cerca de ella. Aunque no le gustaba que lo llamaran guardaespaldas, no queria comenzar una pele