En otro lado de la ciudad, Román llegaba a su edificio, deseando estar en la misma posición de Alberto y tener ya una fecha para unirse en matrimonio a Sienna, pero su relación con ella era una montaña rusa, debía tener mucho cuidado de lo que decía y cómo lo hacía, ya que ella era extremadamente sensible con respecto a su figura, aunque había notado que era con él que se comportaba así, con terceros era valiente y desafiante.
Estaba enamorado, sabía que ella era la mujer de su vida, por eso su empeño en demostrarle que todo lo que le decía salía de su corazón, nacía en sus sentimientos y era permanente.
Ella en un arranque de sinceridad e influenciada por unas cuantas copas de vino, le había confesado sus temores, sus tristes recuerdos de cuando era estudiante y la agria actitud de su madre contra ella, ese día lo besó como nunca
Unos tímidos vestigios de luz entraban por la ventana de la habitación cuando llegaron seis enfermeras y se posicionaron de a dos en cada cama de los trillizos.Renán y Maddy despertaron al mismo tiempo sobresaltados por el ruido y las conversaciones. –¿Por qué tienen que entrar siempre de madrugada y haciendo ruido? –protestó Renán, creyó que para sí mismo, pero fue escuchado. –Porque estamos entregando la guardia y esta comienza a las seis de la mañana –respondió una de las enfermeras de mala gana–, igual el acompañante del paciente no es que venga a un hotel a descansar.Maddy sujetó la mano de Renán porque presintió que esa enfermera estaba dictando su sentencia de despido, él la
El abuelo Gleason los encontró recogiendo las cosas de los pequeños: –¿Qué está pasando? ¿Ya se van? –Sí, señor Gleason, evolucionaron mejor de lo esperado, sus resultados fueron excelentes y no es necesario que permanezcan más tiempo aquí, su pediatra acaba de darme el tratamiento ambulatorio, nos vamos a la casa –respondió Maddy muy contenta. –Ah, pues me alegro mucho entonces. –¿El abuelo puede ir a nuestra casa? –preguntó Justin. –Sí, por supuesto –contestó Renán.Maddy continuó empacando y revisando que tuvieran todas sus cosas, cuando Román llamó a su socio y amigo: –Buenos días jefecito, ¿cómo están los niños? –Ya están de alta médica, nos vamos a casa. –Excelente noticia, pero, ¿seguro están bien?, el médico había dicho que los observaría por veinticuatro horas. –Él es su pediatra regular, por eso Maddy lo solicitó cuando llegamos, el tratamiento que les aplicó fue muy e
Al llegar a casa Deyanira los esperaba con un gran cartel de bienvenida, los niños de inmediato, preguntaron por Liseth: –Ella quiso ir a clase para tomar notas y que ustedes no se perdieran de nada. –Muy buena idea, yo estaba un poquito preocupado por faltar a clases –confió Gerald. –Yo no –exclamó Bayron despreocupado. –Me reservo mi respuesta –señaló Justin y todos rieron.En un aparte Maddy le contó a Deyanira sobre la petición de Kelsey sobre sus damas de honor, agregando que posiblemente faltaba todavía uno o dos caballeros para el cortejo y que le había pedido que le avisara si se le ocurría algún candidato apuesto. –Richard –exclamó Deyanira de repente. –¿Cuál Richard? –quiso saber Maddy. –Tu fisioterapeuta. –Ah…, ¿se llama Richard? –Ay qué pedante, claro como ya le tenías el ojo puesto al bombón Viteri, no veías para los lados. Pues, déjame decirte que Richard Reiner es
Al día siguiente, Renán salió temprano de la oficina, se había levantado con mucha disposición física, pero la mente no lo ayudaba, ya que le era imposible dejar de revivir los hechos de la noche anterior donde su esposa le había dado el mejor de los obsequios que pudo haber deseado.Ahora no necesitaba ni cerrar los ojos para ver su imagen con ese atuendo rojo, que le había servido a su mujer para llevarlo al punto extremo del goce y el placer; ahí estaba sonriendo como un bobo de solo pensar en ella, nunca se había sentido así, incluso se cuestionaba si esta era su primera vez enamorado.Su esposa con toda la antipatía que creyó sentir por ella al principio, se había metido en cada célula de su cuerpo, era intensa para todo y eso le gustaba porque su pasión lo encendía y lo enervaba de formas que no se podrían describir con palab
Las actividades artísticas estuvieron a cargo de los grados superiores y recibieron muchos aplausos de los asistentes, cuando tocó el turno de los reconocimientos el primero fue para Liseth quien agradeció y con sus brillantes mejillas muy sonrosadas reconoció la ayuda de su amiga Ana Gabriela para que sus primitos no se perdieran nada de las clases y pudieran pasar de grado.Esas últimas palabras calaron en la audiencia y generó muchas expresiones de simpatía; Deyanira, Maddy y Paula Daniela tenían lágrimas en sus ojos por ese momento de gloria en la pequeña morenita de grandes esferas grises que iluminaban su hermoso rostro.Sorpresivamente los trillizos fueron llamados al escenario, no solamente para entregarles sus certificados de culminación de preescolar, sino para reconocer su excelencia estudiantil ya que, habiéndose incorporado en una etapa avanzada del año escolar, su a
Víctor Hugo llamó a Renán para decirle que estaban en el pasillo esperando por ellos para ir a comer porque Paula Daniela estaba famélica, el piloto rodó los ojos y les avisó a su esposa e hijos que debían salir.Caminaron hasta el restaurante maravillados con la decoración africana que los transportaba hasta ese continente, todo el ambiente era una fantasía, al sentarse en el local donde comerían la atención fue maravillosa, todos eran muy amables y cuando Maddy solicitó el menú especial para su hijo, no tuvieron ningún problema en prepararlo.Salieron a hacer un recorrido y los niños casi se desmayan al ver una jirafa, luego apareció una cebra y otras especies; le dieron un vistazo a la piscina, pero los niños solo querían seguir caminando y conociendo todo, así que tomaron una van con chofer que los llevaría por todo el lugar e
Todos observaron el majestuoso andar de la madre del novio, quien avanzaba sonriente y saludando a todos los presentes; el rostro de Alberto era ilegible, solo Renán se acercó más a él y colocó una mano en su hombro.La señora Centeno llegó a su asiento y con mucha parsimonia tomó asiento sin perder la sonrisa y sin importarle para nada el impacto que acababa de causar en la boda de su hijo, por el contrario, parecía que lo estaba disfrutando.Madeleine intercambió miradas con el resto de las damas de honor, entonces ella y Trissie rompieron la fila y fueron al encuentro de Kelsey, quien afortunadamente se había metido al baño, así que ni siquiera había escuchado que la melodía para su entrada sonó. –Kelsey, ¿estás bien?&nb
En el apartamento de Edison, este caminaba curioso buscando a la irreverente chica que trabajaba allí, ¿el motivo?, no la había escuchado en lo que iba de mañana y esperaba no encontrarse con la sorpresa de que había desvalijado su apartamento y huido durante la madrugada.La encontró en el área de lavandería, con audífonos y moviéndose como suele hacerlo, bufó y resopló, antes de llamar su atención. –¡Jesucristo Bendito! –exclamó ella cuando él tocó su hombro a sus espaldas. –¿Cuándo es la boda de Alberto? –Fue ayer, ¿por qué? –Entonces me la perdí. –Claro que se la perdió, yo me cansé de decirle que lo iba a arreglar para que fuera y no me hizo el mínimo caso. –Voy a tomar una ducha y me afeitaré. –¡Cállate los ojos!, no lo creo –exclamó Fernanda escandalizada. –Si te burlas no hago nada. –No, no, no, báñese tranquilo, ¿necesita ayuda? –Sí, con el cabello.