-XXII-

Christian miró al abogado.

Éste, con la poca ropa que aún llevaba, tiritaba, haciendo castañetear los dientes.

Su reacción fue la menos esperada por su parte.

Estirando una mano ya iba a tocarle cuándo al verle, Jason contestó:

-No-

Su mano quedó suspendida en el aire y a unos centímetros del rostro del abogado.

Éste le miró de manera fulminante.

Christian, volviendo a agarrar el volante, se removió en el asiento.

Tragando saliva, dijo:

-Ahora pararé y si quieres puedo darte mi...cazadora-

Jason no apartaba los ojos de él.

-No quiero nada tuyo-

Clavando la vista a la carretera, Christian sintió unas tremendas ganas de llorar.

Aquellas palabras le habían hecho daño.

¿Qué demonios le pasaba?

-Me molestan tus dientes- espetó.

-Me alegro-

Christian apretó el volante con ambas manos...

Y paró el coche.

Volviéndose otra vez al pelicobre, le miró fijamente y

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